Los hermanos Lionel, Luciano y Mauro Coria llevan en su ADN al Club Alemán. Sangre, talento y un legado destinado a trascender los años.
Los hermanos Coria, unidos por el deporte, el hockey y el Club Alemán.
Se criaron en las canchas del Club Alemán, donde el deporte se convirtió en parte de su vida. Pasaron por distintas disciplinas hasta llegar definitivamente al hockey. Compartieron momentos, alegrías, desafíos y con el paso de los años ganaron prácticamente todo lo que tuvieron a su alcance. Los hermanos Coria, una dinastía hecha de pasión, esfuerzo y pertenencia.
Lionel, Luciano y Mauro Coria, en ese orden cronológico, son los protagonistas de una historia especial. A ellos se suma Julieta, quien también defendió los colores del club. A pesar de los años que los separan, el hockey los unió dentro de una misma carpeta para escribir páginas doradas.
Recientemente, Lionel, experimentado goleador, decidió colgar los botines y vivir nuevas experiencias, aunque la nostalgia lo marca: "Te levantás a la mañana y te acordás de los goles, cosas que pasaron. Es precioso, dejamos de hacer muchas cosas por esto. Llegó un momento que había que dar un salto de calidad y dejarle el lugar a los chicos".
Leo fue parte de la transición y el crecimiento de Alemán en la disciplina: "A mí me tocó una etapa distinta a la actual. Nosotros perdíamos, nos costaba y había que pelearla. De a poco fuimos cambiando la historia y empezamos a ganar. Cuando hay un equipo y tenés quien te respalde, se hace mucho más fácil".
Sobre la experiencia de compartir cancha con sus hermanos, Luciano Coria reveló: "Como somos hermanos también nos decimos las cosas más crudas, pero nos amamos. No nos gusta perder en nada, desde chicos jugábamos a lo que sea y el que perdía se quería pelear con los otros".
Más allá de las alegrías y los títulos cosechados, los hermanos también atravesaron momentos complejos. Uno de ellos fue cuando Mauro, talento puro que también pasó por el hockey español, llegó a jugar un partido con Los Leones, pero un problema en su corazón lo obligó a dejar atrás la ilusión de vestir la albiceleste: "Fue duro. Jugamos el domingo con Holanda y ahí debuté. El miércoles había un control para irnos a Australia y me saltó que tenía una válvula dilatada".
Toti agregó: "Después de eso estaba destrozado. Estuve muy triste, la pasé muy mal, me largué a llorar. Después vino la pandemia, volví a Mendoza a competir. Me hice todos los estudios y ahora compito fuera del alto rendimiento, pero había luchado mucho por estar ahí".
El apoyo de sus hermanos fue fundamental. Luciano comentó al respecto: "Todos lo acompañamos. Lo mejor que pudo haber pasado fue la pandemia, se quedó atrás todo. Estuvimos juntos con toda la familia en la casa, eso también nos vino bien". Además, Lionel indicó: "Lo más importante es estar juntos, poder vernos después de entrenar y seguir disfrutando".
Mientras Lionel disfruta de su faceta como padre, alejado de las canchas, Toti se mentaliza en lo que viene para el cierre del 2025: "Jugamos todos los partidos al 100%. Ahora vamos a ir por el Clausura, queremos ganarlo. Nos quedamos con la espina del Súper 8".