Más de 100 empleados de la histórica fábrica de caramelos Lipo han decidido suspender la producción de manera indefinida. La medida se tomó después de que los trabajadores recibieran menos del 50% de sus salarios correspondientes al mes de abril, acumulando así seis meses de pagos fraccionados e irregulares.
Un conflicto salarial en aumento
Ubicada en Remedios de Escalada Este, en el partido de Lanús, la planta de Lipo atraviesa una crisis financiera que afecta directamente a sus empleados. Desde el Sindicato de la Alimentación (STIA) aseguran que la empresa ha incumplido sistemáticamente con los plazos de pago. “Hemos intentado flexibilizar los cobros para evitar este desenlace, pero la situación se ha vuelto insostenible”, afirman desde la organización gremial.
Los trabajadores afectados pertenecen a los sectores de producción, empaque, logística y administración, todos encuadrados dentro del convenio colectivo 244/94.
Intervención del Ministerio de Trabajo
En una audiencia celebrada el jueves pasado en la sede del Ministerio de Trabajo de Lanús, la empresa propuso un pago parcial de la deuda salarial en dos etapas: una primera entrega el viernes y el resto en la semana siguiente. Sin embargo, los empleados han manifestado desconfianza frente a la oferta, ya que no es la primera vez que se les presenta una solución que luego no se cumple.
Las autoridades laborales constataron la falta de pago y labraron un acta, aunque hasta el momento no hay una resolución concreta sobre el conflicto.
Futuro incierto para Lipo
Con más de medio siglo en el mercado de las golosinas, Lipo es reconocida por sus caramelos ácidos. Aunque formalmente la empresa está a cargo de los hermanos Lipovetzky, los trabajadores sostienen que la mayoría accionaria está en manos de un grupo empresarial liderado por Osvaldo Iglesias, exgerente de la compañía ferroviaria Metropolitano, reportó el portal Infogremiales.
Pese a la crisis interna, empleados aseguran que la producción no se ha detenido y que los productos continúan distribuyéndose en kioscos, supermercados y mercados internacionales. “No tenemos acceso a los balances ni datos concretos de la empresa, pero sabemos que los caramelos siguen saliendo. Incluso llegan a Estados Unidos”, denunciaron trabajadores en asamblea.
La planta, que opera con una capacidad de producción de dos millones de caramelos por día, mantiene incertidumbre sobre su futuro inmediato. Mientras tanto, los empleados esperan una respuesta concreta y efectiva que garantice el cumplimiento de sus derechos laborales.