Trabajadores del Hospital Central que están de paro por sus salarios se encontraron con un enorme operativo policial desplegado por el Gobierno.
El Gobierno les mandó la policía a los trabajadores del Hospital Central que protestan por sus salarios.
El Gobierno envió un pelotón policial al Hospítal Central, donde protestan empleados por la precariedad de sus salarios. El paro estaba anunciado desde la semana pasada, y cuando los trabajadores y trabajadoras salieron a la explanada fueron amedrentados por un enorme cordón de fuerzas policiales.
La protesta es protagonizada por más de 200 trabajadores precarizados del Hospital Central, quienes resentaron una nota formal a la dirección del hospital, denunciando la vulneración de derechos laborales y de usuarios. Reclaman al Ministerio de Salud de Mendoza y a la Dirección Ejecutiva del hospital una respuesta concreta e inmediata.
Referentes de la izquierda denunciaron la situación en sus redes. "El gobernador Cornejo se cree Patricia Bullrich, mandó un pelotón de policías a amedrentar a los trabajadores del Hospital Central, ellos adentro y retienen en la puerta a quien quiera solidarizar con la lucha. No dejan entrar a la prensa", reveló en su cuenta de X Mailé Abalos. Se hizo eco además Lautaro Jiménez.
En asamblea resolvieron realizar un paro activo el 25 de junio, en reclamo por mejoras laborales y en defensa de la salud pública. Además expresaron su solidaridad con la lucha que vienen sosteniendo trabajadores del Hospital Garrahan.
Los trabajadores exigen aumento salarial acorde a la canasta familiar, reconocimiento de la carrera profesional, aplicación del Régimen 27 a licenciados/as en enfermería, pago de aguinaldo y productividad para prestadores, y pase a planta permanente. También reclaman jornada de 6 horas en áreas críticas y pago íntegro de recargos laborales.
Por otra parte, alertan que la precarización laboral y la sobrecarga de tareas afectan no solo al personal sino a toda la comunidad. En ese sentido, invitan a la comunidad a acompañar el reclamo por una salud pública accesible y de calidad bajo la premisa de que "la vocación no justifica la explotación”.
