La última eliminada del reality rompió en llanto durante la Gala de los Ex Gran Hermano cuando el conductor le preguntó sobre su abuela recién fallecida.
Con el 52,6% de los votos del público, Martina fue eliminada de la casa de Gran Hermano el pasado domingo 13 de abril. Durante su estadía, falleció su abuela, y la decisión de su familia de no contarle la noticia generó tanta polémica como expectativa sobre el momento en que saliera y se encontrara con la realidad.
La participante estuvo aislada de la realidad durante 132 días. Su abuela falleció a principios de febrero, por lo que Martina pasó casi dos meses sin saberlo. Incluso en las galas, ella la tenía presente y le enviaba saludos.
Al salir del reality show, la joven recibió la dura noticia y, en El Debate, se refirió a su duelo. En diálogo con Santiago del Moro, confesó: "Es como que todavía estoy en shock y siento que no caí".
Este viernes, durante La Noche de los Ex rompió en llanto al ser consultada por el tema por Robertito Funes. “Quiero preguntarte algo porque, evidentemente vos te enteraste de algo al salir de la casa lo que pasó en tu familia. Yo quería consultártelo...”, arrancó el periodista, y la incomodidad no tardó en notarse en Martina.
“A mí me criaron mis abuelos, yo crecí y mi abuela Leonor me crió junto con mi madre. Cuando pasó lo que pasó en tu familia con tu abuela, a quien adorabas, me quedó eso pendiente. Perdón que te lo pregunte, pero quería saber cómo te sentís en este momento en el que no recibiste el abrazo de la persona que vos querías recibir”, indagó justificando su pregunta.
Martina no pudo decir mucho: apenas terminó la oración, se quebró y rompió en llanto apoderada por la angustia. "Eh... prefiero no hablar de eso. ¿Puede ser?"
Unos minutos después, el periodista se disculpó con la participante. “Escuchame, Martina. Te quiero pedir disculpas porque pensé que vos lo había hablado en otro lugar. Te pido disculpas de verdad, no fue con mala intención", le dijo. Ella, todavía sensibilizada y con ganas de cerrar el tema, respondió: “No, no. Está bien”, mientras él le tomaba la mano.