Los músicos de Mendoza, preocupados por el presente y el futuro.

La realidad de los músicos en Mendoza: una escena que abunda en precarización

La escena musical en la provincia crece y, con ella, las desigualdades. Músicos de Mendoza reclaman por políticas culturales que permitan la producción local.

El Editor Mendoza | Candela Tiseira
Por Candela Tiseira
28 de mayo de 2025 - 10:00

Mendoza tiene una sólida tradición musical y es cuna de músicos que alcanzaron reconocimiento nacional e internacional, como Enanitos Verdes, Alcohol Etílico y el dúo Orozco-Barrientos. Hoy, nuevas generaciones continúan ese camino: como Gauchito Club, formada en 2015, que participó del Quilmes Rock 2025 y recorre escenarios internacionales; y Usted Señalemelo, que fue nominada a los Latin Grammy 2023 y llevó su música a ciudades como Madrid, Londres y Dublín.

Ambos despliegan su identidad mendocina por el mundo, mientras que en la provincia la escena musical no deja de crecer y desborda de talento. Sin embargo, según los entrevistados, ese crecimiento avanza sin el acompañamiento de políticas culturales que lo sostengan. La falta de apoyo estatal genera desigualdades, sueldos irregulares, escasez de espacios y otras dificultades que los músicos deben afrontar cotidianamente.

Artistas extranjeros y un trato que incomoda

Uno de los principales reclamos de los músicos de Mendoza es la contratación constante de artistas foráneos para eventos culturales, a pesar de que la provincia cuenta con una escena local rica y diversa. A esto se suma el trato preferencial que reciben, como los altos montos que se les paga en comparación con los artistas locales.

Cynthia Eva Lozada es profesora de canto en su propia academia de Dorrego, Guaymallén, y se dedica a la música hace más de 20 años. En charla con ElEditor declaró que hay una "falta de conciencia de la escena local". "Traen artistas de afuera para tocar, les pagan fortunas, y para los músicos locales no hay laburo, no hay guita o siempre están los mismos nombres sonando en lo poco que hay", resaltó, haciendo hincapié en que es injusto y los artistas podrían ir rotando.

Estamos solos remándola contra viento y marea, en plena crisis, sin ningún apoyo estatal Estamos solos remándola contra viento y marea, en plena crisis, sin ningún apoyo estatal

Además, agregó que desde el Gobierno de Mendoza "invierten un montón de plata en otros eventos como el Festival de la Hamburguesa o la Feria del Alfajor, que le brinda ayuda a sectores privados como el gastronómico, pero cero ayuda a la escena artística".

"Siendo Mendoza una plaza turística-cultural como es, podría tener tranquilamente una grilla fija de eventos con artistas locales" expresó, como una de las medidas que le gustaría que se implemente para asegurar un cupo para todos.

Por su parte, el presidente del Movimiento de Músicos Independientes de Mendoza (MIMM), Juan Ignacio Rojas, explicó que el problema con los artistas foráneos es "histórico y transversal a las últimas seis gobernaciones", es decir, excede la coyuntura actual.

Uno de los casos más resonantes es el escándalo por la contratación de Los Fabulosos Cadillacs el 20 de febrero de 2009. El Gobierno provincial destinó 315 mil pesos para el recital, pero la banda denunció no haber recibido ni un peso, ni por parte del Estado ni de la recaudación.

El dinero fue girado a nombre del productor Pedro Infante, quien fue detenido por fraude, y habría sido cobrado por Diego Villafañe y Marcelo Cosutta, otros productores involucrados. En la firma del contrato también figuraban Luis Böhm, entonces secretario de Turismo, y el gobernador Celso Jaque. La causa judicial por fraude a la administración pública sigue abierta hasta hoy, con múltiples imputados, pero sin condenas firmes.

"La asimetría del estado provincial para con los locales es palpable", dijo Rojas.

Seis años después, en la Fiesta Nacional de la Vendimia 2015, otro episodio de descontento sacudió la escena cultural. El cantante Romeo Santos fue contratado para realizar un show en la repetición del acto central y cobró cinco millones de pesos. Si bien la entonces ministra de Cultura, Marizul Ibañez, indicó que el monto “fue aportado por privados", la cifra despertó críticas por parte de músicos locales, quienes reclamaban la falta de apoyo y visibilidad a la escena mendocina.

Ambos casos, aunque distintos en su ejecución, reflejan una misma problemática: la falta de transparencia en el uso de los fondos públicos para la cultura y la desigualdad en las oportunidades para los músicos mendocinos.

Embed - Romeo Santos - Beso - Vendimia 2015

¿Se puede vivir de ser músico?

La cuestión económica es otro de los problemas que enfrentan quienes se dedican al arte. Tras cumplir con las actividades para las que fueron contratados, los pagos de sus honorarios suelen sufrir demoras y "esa volatilidad no te permite proyectar tu vida profesional", dijo Rojas.

"Hemos conseguido que estas demoras en el pago no existan para las Vendimias, las últimas dos fueron pagadas pocos días después de la actuación, lo cual es un avance pero una clara respuesta a la lucha sostenida", reveló el presidente de la asociación que está cumpliendo 30 años de actividad.

En cuanto a los contratos, Lozada dijo que los organizadores "pagan lo que ellos quieran" y muchas veces llega con "3 meses de demora". "Entre que es poco, se paga tarde" comentó, y agregó que se ha profundizado la precariedad laboral artística porque tampoco hay una sociedad legitimando el reclamo.

"No hay un aguante de la sociedad, de por sí. La gente cree que todo es por amor al arte. Te dicen: '¿Te pagan por cantar?', o el dueño del bar te dice: 'Vení a cantar gratis, para darte a conocer'... Esa es la mentalidad", cerró Lozada.

La vulnerabilidad también existe en lo privado

Los músicos realizan muchas actividades que a veces no tienen relación con el Estado provincial o municipal, por ejemplo, en coros de academias o universidades, enseñanza en instituciones educativas, clubes, etc. Y, según el MIMM, allí también sufren la precarización: "Las escuelas privadas suelen tener sus estructuras docente precarizadas y el ajuste que recae sobre los trabajadores estatales es transversal, por ejemplo, a todos los trabajadores que hoy están en relación con la DGE".

"Entonces, el Estado es doblemente hostil con el artista porque le genera imposibilidades desde inequidades respecto de las formas de contratación, los plazos, las condiciones, etc."

Otro trabajo exclusivamente privado que realizan es para plataformas de contenidos audiovisuales. Últimamente, el esquema de derechos de autor en Argentina sufrió varias modificaciones que generaron incertidumbre y críticas desde el sector de los creadores.

A través del Decreto 138/2025 y el 150/2025 se flexibilizó el sistema de gestión de derechos: ahora los autores pueden elegir si administran sus derechos por cuenta propia, con una sociedad colectiva o por tipo de uso. También se eliminaron los aranceles obligatorios y se habilitó la negociación directa con usuarios de sus obras.

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Estas reformas desde lo legal promueven la libre contratación y establecen una distinción clara entre el ámbito privado y la ejecución pública, pero en la práctica dificultan que los músicos independientes puedan monetizar su trabajo, ya que sin una entidad que los represente colectivamente (como la SADAIC) pierden poder de negociación frente a grandes plataformas y productoras, y muchas veces terminan aceptando condiciones poco favorables o directamente sin cobrar.

"Lograr poder monetizar el trabajo en plataformas y poder tener tus derechos de autor ordenados es algo que está cada vez más difícil y algo sobre lo cual el Estado, nacional y provincial, no actúa a favor de la ciudadanía, sino en contra", expresó su descontento Rojas.

La escasez de espacios culturales

Una de las propuestas que el MIMM viene planteando desde hace tiempo a las autoridades provinciales es la creación de una legislación específica para regular la realización de música en vivo: "No hay una legislación provincial y tampoco hay ordenanzas municipales que establezcan la creación de espacios para el desarrollo de disciplinas artísticas como los centros culturales", dijo Rojas.

Y agregó cuáles son las consecuencias de esto: "Terminás teniendo lugares que no tienen ninguna habilitación, en los cuales las condiciones de seguridad e higiene son inciertas para el trabajador, o directamente lugares que tienen que ir a las licencias municipales de expendio de comida y poner el espectáculo como si fuera un agregado, casi en negro de hecho".

"Les hablas de que hagan habilitaciones para que los bares tengan música en vivo y lo primero que ellos leen es 'los vecinos se van a quejar por el ruido'. Claramente no terminan de ver el valor en la cultura", cerró, sobre la clase política.

En este sentido, Lozada manifestó que "estaría bueno que haya un relevamiento de centros culturales" y Gisela Levin, música y codirectora del FemFestival, coincidió en que "no hay una idea de sostenibilidad en el tiempo del sector desde las políticas publicas", ya que si bien hay contrataciones en determinadas épocas, como la Vendimia o la temporada de verano/invierno, no existe un circuito estable.

"Le pasa a muchas colegas la experiencia de dificultad de mostrar lo que hacemos y tener un espacio de visibilización. Es una lucha desde la autogestión y es el momento de que se abran las puertas a un diálogo mayor, a una forma de trabajo más conjunta entre municipios, Gobierno provincial, subsecretaria y privados", reveló.

Artistas en la sombra: la lucha de las mujeres por visibilidad

La situación de mujeres y disidencias en el ámbito musical ha sido especialmente crítica. A fines de 2019, tras años de lucha, Argentina se convirtió en el primer país del mundo en sancionar una ley que establece una representación mínima femenina para los eventos musicales: la Ley 27.539 de Cupo Femenino.

Creada para mejorar la perspectiva de género en los escenarios, la norma establece un mínimo de 30% de su participación en eventos de música en vivo donde se programen desde tres artistas en adelante. Sin embargo, aunque se comenzó a aplicar de manera rigurosa, con el tiempo se ha ido relajando.

"Vemos cómo en grandes proyectos no se incluye a feminidades de manera integral(por ejemplo, en el ámbito musical, no se valora del todo a las mujeres o disidencias como instrumentistas o compositoras) y que, en general, hay un desconocimiento de las actividades que realizan en la escena local", reveló la cantante y codirectora del FemFestival, Cecilia Salinas.

"Se ve en los line ups de los festivales que no hay igualdad de oportunidades", agregó su colega Gisela, en relación a la marcada presencia masculina en las grillas.

“Tenemos que asegurar que se cumpla en eventos públicos y privados, porque no solo es mostrar lo que hacemos, sino que tiene que ver con posibilidades laborales concretas que tienen que respetarse para tener una sociedad más justa y equitativa”

En este sentido, las músicas crearon el FemFestival: un evento de confluencia de artistas femeninas que comenzó enfocado en lo musical pero luego se abrió a otras expresiones y lenguajes, como la danza, drama, fotografía, poesía, entre otros.

El proyecto permitió la visibilidad y reconocimiento de las participantes, así como la creación de redes y la expresión libre de estilos propios, muchas veces no comprendidos en otros eventos.

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Postales de una de las ediciones del FemFestival

Postales de una de las ediciones del FemFestival

Prohibido sonar: la batalla de los músicos callejeros

Según el presidente del MIMM, los músicos callejeros han sido desplazados e incluso discriminados, al considerar su música como “ruidos molestos”. En Godoy Cruz, por ejemplo, el “Código de Buenas Prácticas Ciudadanas” es una ordenanza que regula la actividad en el espacio público -como cartelería, panfletos, grafitis e intervenciones musicales- con el objetivo de evitar afectaciones a propiedades privadas y espacios comunes.

La ordenanza N.º 7243/2022 busca garantizar la calidad de la convivencia urbana, pero los artistas callejeros sostienen que, en la práctica, vulnera su derecho a trabajar, los invisibiliza, excluye y les impide expresarse artísticamente.

"No es un delito tocar música en la calle, todo lo contrario, en las grandes urbes se pone en valor y se convierte en parte de la identidad. No tiene que ser criticado, perseguido o criminalizado", exclamó Rojas.

En contraste, en la Municipalidad de Ciudad, el Movimiento de Músicos Independientes de la provincia logró implementar un sistema de permisos que autoriza a los artistas callejeros a trabajar, adecuándose a espacios y horarios definidos.

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