El niño tenía muerte cerebral y sus padres confirmaron el deceso. Fue baleado por un policía que está acusado de exceso de legítima defensa.
Thiago y su padre, Fabián.
Murió Thiago, el niño de 7 años que recibió un disparo en la cabeza tras quedar en medio de un tiroteo entre un agente de la Policía Federal y cuatro delincuentes en La Matanza. Fueron sus propios familiares quienes confirmaron el fallecimiento a los medios. Todo quedó registrado por una cámara de seguridad. iliares.
El hecho ocurrió el miércoles cerca de las 22.30, en la esquina de avenida Crovara y Madrid, donde Thiago esperaba el colectivo junto a su padre Fabián para dirigirse a la casa de su madre. A 198 metros (de acuerdo a las pericias), el policía Facundo Aguilar Fajardo (21), vestido de civil y acompañado por su madre, fue interceptado por los asaltantes. Al intentar defenderse, se identificó como agente, extrajo su arma reglamentaria y comenzó a disparar.
Una de las detonaciones impactó en la cabeza de Thiago, quien estaba sobre los hombros de su padre. La secuencia fue registrada por una cámara de seguridad y muestra el avance de los delincuentes y la inmediata reacción del policía.
Aguilar Fajardo, oficial ayudante de la Dirección Montada de la PFA, fue detenido y está acusado de exceso en la legítima defensa por el fiscal Diego Rulli. El caso generó un fuerte debate político y social.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió al agente. “Los responsables directos de la tragedia que atraviesa Thiago Correa son los delincuentes. Uno de ellos murió producto de la legítima defensa”, aseguró en una conferencia de prensa. “Esto no es casualidad, es La Matanza, tierra de nadie, donde una madre debe acompañar a su hijo policía a la parada del colectivo por miedo”, añadió.
Bullrich pidió que los ladrones sean imputados por tentativa de homicidio (¿la Ministra quiere reescribir el Código Penal o qué sustento tiene decir una burrada así?) y subrayó que “la acción de Facundo fue de defensa; la de los delincuentes, de agresión”. En medio de la conmoción, el caso plantea interrogantes sobre los límites de la actuación policial y la inseguridad que golpea con crudeza a zonas vulnerables del conurbano.