Los cuatro chicos, todos jugadores de fútbol de salón, murieron en diversas situaciones trágicas. Dos por accidente, uno ahogado y uno en un incendio.
Luciano Galaz, Elías Mad, Lautaro Seballe y Alejo Montenegro.
Luciano Galaz (21) murió este jueves tras sufrir graves quemaduras en el incendio de una vivienda en Las Heras, ocurrido un día antes. Su muerte vuelve a enlutar al fútbol de salón mendocino y se suma a una serie de tragedias que golpearon al deporte en lo que va del 2025: es la cuarta víctima vinculada a esta disciplina.
Luciano Galaz vivía con su familia en un casa de calles Valle Hermoso y Las Águilas, ubicada en el barrio 12 de Junio, de Las Heras. En las primeras horas del miércoles y de acuerdo a la hipótesis inicial, una pantalla a gas con la cual calefaccionaban la vivienda generó que un colchón se prendiera fuego. Rápidamente, la casa pasó a arder en llamas.
La madre y la hermana de Luciano lograron salir a tiempo del lugar, pero el joven quedó atrapado dentro de la casa y cuando los bomberos lograron rescatarlo, las lesiones ya afectaban el 40% de su cuerpo. Pese al gravísimo estado en el que ingresó al Hospital Lagomaggiore, Luciano peleó cerca de 36 horas por su vida. El jueves por la tarde finalmente falleció.
El joven era jugador de futsal de Andes Talleres B. El club y la Federación de Fútbol de Salón mostraron sus condolencias a sus seres queridos, quienes sufrieron pérdidas totales en su vivienda. En estos días, allegados y amigos de la familia realizan una colecta para poder ayudar con los costosos gastos de poner en marcha su vida nuevamente, ya sin Luciano. Se puede aportar dinero a los alias Jime.jimenita y jime.dominguez.mp.
Luciano Galaz jugaba al fútbol de salón al igual que otros jóvenes que murieron en lo que va del 2025, quienes también practicaban este deporte. Se trata de Alejo Montenegro (17), Lautaro Seballe (17) y Elías Mad (16), quienes perdieron su vida en meses anteriores.
Alejo Montenegro era jugador de futsal del Club Atlético Fray Luis Beltrán (disputaba torneos de Liga Mendocina) y fue atropellado el pasado sábado 21 de junio durante la madrugada cerca de las las 5.30 de la madrugada. El chico caminaba por el callejón Los Italianos, ubicado en Kilómetro 8, del departamento de Guaymallén, junto a un grupo de amigos cuando una Ford Ranger lo atropelló. Al mando de la camioneta iba Joaquín Ariel Pastorelli Valentín, de 20 años, quien manejaba alcoholizado (1,30 gramos de alcohol en sangre). El conductor huyó de la escena y luego se entregó en una comisaría, hasta donde llegó acompañado por su papá.
El siniestro, que difícilmente puede considerarse un accidente, ya que el conductor es una persona que decidió manejar alcoholizada, dejó otra triste coincidencia: era también jugador -pero de fútbol- del Fraile.
Este hecho guarda varias y tristes similitudes con la muerte de Elías Mad. El joven de 16 años salió a correr en soledad en la mañana del sábado 22 de febrero, tal y como le había anticipado la noche anterior a su familia. Con domicilio en el barrio Gran Boedo, se dirigió hacia el oeste por calle Boedo. Al trote y por la ciclovía, llegó hasta la intersección con calle Terrada, donde fue atropellado por un vehículo, un Peugeot 208, que también iba en esa dirección. El conductor, el diseñador gráfico Luciano Calise, se dio a la fuga y se entregó minutos más tarde, también en compañía de su padre.
Seis días después de haber sido internado, Elías Mad finalmente murió en el Hospital Central, nosocomio a donde había llegado minutos después del grave accidente.
La restante muerte que conmovió a la amplia comunidad del fútbol de salón de Mendoza en lo que va del año fue la de Lautaro Seballe Garay. El menor fue hallado sin vida en el dique Potrerillos el pasado lunes 17 de marzo, horas después de haber sido visto por última vez por su grupo de amigos, con quienes se había metido a refrescarse.
Era jugador de futsal de la Municipalidad de Luján de Cuyo. El club, en el cual el joven practicaba deporte desde muy temprana edad, lo despidió "con profunda tristeza y dolor". Si bien este semestre no se había federado para jugar, continuaba entrenando y apoyaba a los diversos equipos del polideportivo lujanino.
Sus amigos declararon que el joven estaba nadando cuando lo vieron "hundirse" y no volver a salir. Según indicaron, habían nadado de una punta a la otra de la bahía Leonardo, y al regresar, ocurrió la fatalidad. Vale destacar que en la zona del accidente la profundidad del agua llega hasta los 20 metros. Allí, como así también en otros lugares del Perilago, está prohibido bañarse.