La psiquiatra Mariel Maestri cuestiona el enfoque actual sobre la salud mental y advierte sobre las consecuencias de no intervenir a tiempo en cuadros severos
Una psiquiatra mendocina pidió una legislación con una mirada más realista, más humana y más cercana a quienes transitan situaciones de salud mental.
Luego de la conmoción pública generada por un reciente crimen familiar ocurrido en Villa Crespo, Buenos Aires, la médica psiquiatra mendocina Mariel A. Maestri expresó su profunda preocupación sobre el estado actual del sistema de salud mental en Argentina. En una nota de opinión, Maestri planteó la necesidad urgente de reformar la Ley Nacional de Salud Mental N°26.657.
“La tragedia de Villa Crespo nos vuelve a enfrentar con una realidad que muchos prefieren ignorar: la ley vigente impide actuar de forma temprana ante situaciones de alto riesgo. Nada pasa… hasta que pasa”, señaló la médica, en relación a un caso en el que la persona presuntamente autora del hecho tenía antecedentes psiquiátricos no tratados.
Según Maestri, la Ley Nacional de Salud Mental sancionada en 2010 dificultan el abordaje eficaz de patologías mentales severas y de las adicciones. “Fue una ley escrita con una mirada muy ideológica, más cercana a discursos sociológicos que al saber clínico acumulado por generaciones de psiquiatras”, explicó.
Para la profesional, esta legislación ha transformado a los médicos en “espectadores impotentes”, especialmente cuando el paciente presenta una clara peligrosidad para sí mismo o para terceros.
“La internación no es sinónimo de encierro arbitrario. Es una herramienta terapéutica indispensable en momentos críticos. Postergarla hasta que haya un ‘riesgo cierto e inminente’ es jugar con fuego”, subrayó.
Respecto a la implementación en Mendoza, la psiquiatra señaló que la provincia “nunca creó los órganos de revisión previstos por la ley”, por lo que la responsabilidad recae en los juzgados de familia, “que no siempre comprenden la complejidad de estos cuadros”.
El resultado, dice, es que muchas familias se sienten abandonadas y los pacientes quedan desatendidos.
Maestri insiste en que reformar la Ley 26.657 no significa retroceder en derechos, sino garantizar el derecho más básico de todos: el de recibir tratamiento adecuado. “Las familias tienen derecho a vivir sin miedo. Los pacientes tienen derecho a no quedar librados a su suerte”, afirmó.
Finalmente, expresó: “Necesitamos una legislación con una mirada más realista, más humana y más cercana a quienes transitamos estas situaciones todos los días. La vida y la salud deben estar por encima de los dogmas”.