Vacaciones alteradas.

Caos en el Paso Los Libertadores: habilitan paradores para atenuar la bronca de los varados

- La provincia salió a frenar la tensión de los viajeros a Chile.

- Activó los paradores en la ruta hasta Los Libertadores.

El Editor Mendoza | ElEditor Mendoza
Por ElEditor Mendoza
20 de diciembre de 2025 - 16:26

La Policía de Mendoza y la Gendarmería Nacional administran la subida de vehículos de manera escalonada, intentando evitar filas en sectores peligrosos de la alta montaña. Sin embargo, el sistema apenas contiene un problema estructural: la falta de capacidad en los controles fronterizos y la repetición de un escenario que cada temporada se vuelve previsible.

El estreno del parador de Penitentes, con medio centenar de autos retenidos durante 40 minutos, fue presentado como un éxito logístico. Pero para los conductores, la experiencia se tradujo en más espera y menos certezas sobre cuándo podrían continuar viaje. El contraste es evidente: mientras el discurso oficial habla de seguridad y servicios sanitarios, los turistas enfrentan largas horas de paciencia y la sensación de improvisación.

Otra vez colapsó el paso Los Libertadores

Hasta ayer, el movimiento vehicular reflejaba la magnitud del fenómeno: 3.838 ingresos y 3.826 egresos de personas, con más de 1.600 vehículos en tránsito. Cifras que confirman la presión constante sobre el corredor internacional y que anticipan mayores complicaciones en las semanas venideras.

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Larga fila de autos para cruzar a Chile.

Larga fila de autos para cruzar a Chile.

El ingreso por Horcones, en cambio, funciona con normalidad, lo que expone la asimetría entre ambos lados de la cordillera. Mientras en Argentina el flujo se mantiene ordenado, en Los Libertadores las demoras superan la hora y media, generando un cuello de botella que ni los paradores ni los operativos de seguridad logran resolver.

El Gobierno insiste en que los paradores son una solución práctica, pero la evidencia muestra que se trata de un paliativo que maquilla la incomodidad de los viajeros. La contradicción es clara: se promete una espera “amigable”, pero lo que se ofrece es resignación frente a un problema que se repite año tras año.

La alta montaña mendocina vuelve a ser escenario de un operativo que busca transmitir orden y previsión, aunque en los hechos se enfrenta a la misma tensión de siempre: largas filas, tiempos inciertos y un relato oficial que choca con la experiencia real de quienes intentan cruzar la cordillera.

La decisión se tomó luego de que el complejo Los Libertadores, del lado chileno, registrara demoras de hasta 90 minutos en el trámite aduanero. El incremento del tránsito vehicular, sumado a las condiciones propias de la alta montaña, generó las primeras complicaciones de la temporada estival. Para evitar que las largas filas se formen en sectores peligrosos de la ruta, la Policía de Mendoza y la Gendarmería Nacional dispusieron un sistema de subida escalonada, administrando el paso de los vehículos hacia el Cristo Redentor.

Operativo conjunto

El operativo, que también contó con la participación de la Unidad Ejecutiva de Seguridad Vial, la Guardia Urbana Municipal de Las Heras y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, se estrenó en el parador de Penitentes, donde medio centenar de autos debieron esperar unos 40 minutos antes de continuar viaje. Allí, los conductores fueron acompañados por personal de seguridad hasta el paso internacional, en un esquema que se repetirá cada vez que la situación lo requiera.

Los paradores habilitados cuentan con servicios sanitarios y están ubicados en zonas donde los viajeros pueden acceder a gastronomía y entretenimiento. Según el Gobierno provincial, la intención es que la espera no se convierta en un problema mayor y que los turistas puedan transitar con mayor tranquilidad. Sin embargo, la realidad muestra que las demoras siguen siendo significativas y que la paciencia de los viajeros se pone a prueba en cada jornada de alto tránsito.

Recomiendan consultar antes de viajar

Las autoridades recomiendan a quienes planeen viajar hacia Chile consultar previamente el estado de los aparcamientos y circular con precaución en la alta montaña. El objetivo es evitar sorpresas y garantizar que el ascenso se realice de manera segura. No obstante, el operativo deja al descubierto una tensión permanente: la necesidad de mostrar un sistema organizado frente a la realidad de las demoras y la incomodidad de los viajeros.

En este contexto, los paradores de Uspallata, Penitentes y Horcones se convierten en piezas clave del operativo, aunque su efectividad dependerá de la coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad y del comportamiento de los viajeros. La alta montaña mendocina, con su belleza imponente y sus riesgos latentes, vuelve a ser escenario de un desafío que combina turismo, logística y paciencia ciudadana.

El verano recién comienza y las cifras de tránsito anticipan que la presión sobre el paso internacional será aún mayor en las próximas semanas. La pregunta que queda abierta es si las medidas adoptadas alcanzarán para evitar el colapso o si, una vez más, la cordillera se transformará en un embudo donde la espera se convierte en protagonista.

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