- Juan Martín Del Potro realizó una tremenda confesión
- Se trata de sus aspiraciones de haber alcanzado la cima del ranking ATP
La tremenda confesión de Juan Martín Del Potro.
Juan Martín Del Potro construyó una de las carreras más impactantes del tenis sudamericano moderno. Campeón del US Open 2009, doble medallista olímpico, ganador de 22 títulos ATP, pieza clave en la histórica Copa Davis 2016 y finalista de las ATP Finals 2009, el tandilense fue protagonista de una era dominada por leyendas.
Sin embargo, hay un objetivo que quedó fuera de su palmarés y que él mismo reconoce como su gran cuenta pendiente: haber sido número 1 del ranking mundial.
En una entrevista con SportsCenter, el extenista argentino reveló con precisión cuál fue el momento en el que tuvo una posibilidad concreta de llegar a la cima del ranking, y cómo una decisión forzada por el contexto y una lesión devastadora terminaron por cerrar esa puerta.
Del Potro explicó que, tras ganar un Grand Slam, la exigencia del calendario se multiplica, no solo desde lo deportivo sino también desde lo comercial. “Cuando ganás un Grand Slam, todo cambia. Aparecen compromisos con sponsors, con la ATP, con las marcas. Muchas veces sentís que tenés que estar, porque si no vas también perdés puntos clave que después, meses más tarde, lamentás”, detalló.
El punto de inflexión llegó en la temporada 2018. Tras alcanzar la final del US Open de ese año, Del Potro llegó a ubicarse como número 3 del mundo. Físicamente agotado, decidió igualmente viajar a la gira asiática, con un objetivo claro en mente: llegar al número 1 tras el Abierto de Australia 2019.
“Yo visualizaba ser número 1 después del Australian Open. Tenía una chance matemática real. Si hacía bien esa gira, estaba la posibilidad”, confesó. No se trataba de una ilusión, sino de una combinación concreta de resultados que podía depositarlo en lo más alto del ranking por primera vez en su carrera.
El plan se derrumbó de manera abrupta. Durante esa etapa sufrió una caída que derivó en la fractura de su rodilla derecha. “Ahí se corta todo. Me caigo, me rompo la rodilla, tengo que parar y empieza la pesadilla”, resumió. Esa lesión marcó el inicio de un largo calvario médico que nunca tuvo una recuperación definitiva.
En 2019 intentó un regreso paulatino. Volvió a competir en Roland Garros y en algunos torneos más, mostrando destellos de su jerarquía habitual. Sin embargo, el cuerpo volvió a pasarle factura. En la previa de Wimbledon, tras vencer a Denis Shapovalov en el torneo de Queen’s, la rodilla volvió a resentirse y puso punto final a cualquier intento de continuidad.