Desde su asunción en noviembre de 2023, el gobierno libertario de Javier Milei ha generado transformaciones significativas en el mercado laboral argentino. Las estadísticas oficiales evidencian una marcada reducción de empleadores y una crisis profunda en el empleo registrado, con una tendencia alarmante hacia la precarización.
El derrumbe del empleo formal
Los primeros quince meses de gestión muestran una drástica caída en el universo de trabajadores registrados y empleadores. Según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, entre noviembre de 2023 y febrero de 2025, la cantidad de empleadores se redujo en 13.111 casos, afectando especialmente al sector de servicio de transporte y almacenamiento, que registró una disminución del 8,4%.
Pero la crisis laboral no termina ahí. De acuerdo con el análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), se han perdido 219.670 puestos de trabajo registrados en diversas unidades productivas.
El área más golpeada en términos absolutos es la Administración pública, defensa y seguridad social, con una reducción de 122.801 trabajadores. En términos relativos, el sector Construcción sufrió una caída del 17,5%, consolidándose como el rubro con mayor deterioro en la empleabilidad.
Grandes empresas, grandes pérdidas
El informe de CEPA también señala que la crisis laboral ha afectado de manera desigual a las empresas. Las compañías con más de 500 trabajadores explican el 79,4% de la pérdida de empleo, con una expulsión masiva de 174.320 trabajadores registrados.
En contraste, las pequeñas y medianas empresas han mostrado una menor reducción de personal: 45.350 trabajadores menos, representando el 20,6% del total.
Este fenómeno expone una transformación estructural en el mundo laboral argentino, donde el empleo formal pierde terreno frente a la expansión del trabajo informal y el emprendimiento por cuenta propia.
Un futuro incierto para el mercado laboral
El modelo económico impulsado por Milei ha reconfigurado las condiciones de trabajo en Argentina. Mientras el gobierno sostiene que sus medidas apuntan a una mayor competitividad y libertad económica, los indicadores reflejan un deterioro generalizado de la estabilidad laboral. La pregunta que queda abierta es si este ajuste traerá consigo una futura recuperación, o si consolidará una nueva realidad donde el empleo registrado es cada vez más difícil de sostener.