En una jornada histórica para la Iglesia Católica y particularmente para Venezuela, el Papa Francisco ha aprobado la canonización de la Madre María del Carmen Rendiles Martínez, fundadora de las Siervas de Jesús, convirtiéndola en la primera santa proveniente de ese país. Pero no será la única.
La noticia, divulgada a través del Dicasterio para las Causas de los Santos, también incluye la canonización de Ignatius Choukrallah Maloyan, arzobispo de Mardin de los armenios, mártir del genocidio armenio de 1915, y de Peter To Rot, un catequista laico de Papúa Nueva Guinea, martirizado durante la Segunda Guerra Mundial por su labor pastoral. Además, se beatificará al sacerdote italiano Carmelo De Palma, de Bari, y se ha declarado venerable al presbítero brasileño Giuseppe Antonio Maria Ibiapina.
Venezuela Exulta: Madre Carmen, un Ejemplo de Caridad y Servicio
El anuncio de la canonización de María del Carmen Rendiles ha generado una ola de júbilo en Venezuela. Nacida en Caracas el 11 de agosto de 1903, Carmen Elena Rendiles Martínez, como era su nombre de pila, demostró desde temprana edad una profunda vocación de servicio y una fe inquebrantable. Tras la muerte de su padre, ayudó a su madre a sostener a la familia y se dedicó activamente al apostolado en su parroquia.
En 1927, Carmen encontró su camino en la Congregación de las Siervas de Jesús del Santísimo Sacramento. Su dedicación y liderazgo la llevaron a ser nombrada maestra de novicias y, posteriormente, Superiora Provincial de la Congregación. Sin embargo, su visión trascendió las estructuras existentes. Ante la evolución de la Congregación hacia un instituto secular, lideró a un grupo de religiosas latinoamericanas para fundar una nueva familia religiosa: la Congregación de las Siervas de Jesús, enfocada en el servicio a los más necesitados.
Un accidente automovilístico en 1974 la dejó en silla de ruedas, pero no disminuyó su espíritu ni su compromiso. Falleció el 9 de mayo de 1977, dejando un legado de amor, caridad y servicio que resonaría profundamente en la sociedad venezolana.
La beatificación de Madre Carmen, celebrada el 16 de junio de 2018, ya había marcado un hito en la historia religiosa de Venezuela. Ahora, su canonización eleva su figura a un nuevo nivel de santidad, convirtiéndola en un faro de esperanza e inspiración para los venezolanos y para la Iglesia universal. El milagro que allanó el camino para su canonización fue la curación inexplicable de una joven diagnosticada con hidrocefalia triventricular idiopática en 2015. Tras experimentar complicaciones graves y someterse a múltiples operaciones, la joven mejoró milagrosamente después de que una tía rezara ante la tumba de la Madre Carmen y otros fieles invocaran su intercesión. La recuperación fue considerada inexplicable por la ciencia médica.
Un Arzobispo Mártir y un Catequista Heroico: Testigos de Fe en Tiempos de Persecución
La canonización de Ignatius Choukrallah Maloyan recuerda uno de los capítulos más oscuros de la historia moderna: el genocidio armenio. Maloyan, nacido en 1869, dedicó su vida al servicio de la Iglesia Armenia, destacándose como predicador, estudioso de las Sagradas Escrituras y líder pastoral. Su nombramiento como arzobispo de Mardin en 1911 coincidió con el creciente clima de hostilidad hacia la población armenia en el Imperio Otomano. En 1915, durante el genocidio, fue martirizado por su fe, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia y la perseverancia del pueblo armenio.
Peter To Rot, por su parte, es un ejemplo de valentía y compromiso en medio de la adversidad. Nacido en 1912 en Papúa Nueva Guinea, se convirtió en catequista y se dedicó al servicio pastoral con humildad y caridad. Durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial, cuando los misioneros fueron encarcelados, To Rot continuó su labor pastoral, desafiando las prohibiciones impuestas por los invasores. Su valentía le costó la vida, pero su testimonio de fe sigue inspirando a la comunidad católica en Papúa Nueva Guinea y en todo el mundo.
Un Sacerdote Apuliano y un Presbítero Brasileño: Ejemplos de Devoción y Servicio
La beatificación de Carmelo De Palma, sacerdote originario de Bari, Italia, reconoce su profunda devoción y su incansable trabajo pastoral. Nacido en 1876, De Palma dedicó su vida al servicio de la Iglesia, ocupando diversos cargos en la basílica de San Nicolás y brindando asistencia espiritual a jóvenes y mujeres de Acción Católica, así como a miembros de diversas órdenes religiosas.
La declaración como venerable de Giuseppe Antonio Maria Ibiapina, presbítero brasileño nacido en 1806, resalta su compromiso con la justicia social y su dedicación a los más pobres. Tras una tragedia familiar que lo obligó a abandonar sus estudios religiosos, Ibiapina se graduó en Derecho y ejerció como profesor, magistrado y jefe de policía. Sin embargo, su vocación religiosa lo llevó a regresar al seminario y a dedicarse al servicio de la Iglesia, trabajando incansablemente en favor de los más necesitados.
El mensaje de la Iglesia Católica
Las canonizaciones y beatificaciones anunciadas por el Papa Francisco son un mensaje de esperanza y reconciliación para el mundo. Reconocen la santidad en la vida de personas de diferentes orígenes y culturas, que han dado testimonio de su fe con valentía, amor y servicio. La fecha de las ceremonias de canonización y beatificación aún no ha sido anunciada por el Vaticano. Se espera que se realice en los próximos meses.