El Partido de los Jubilados de Mendoza difundió una "carta pública" dirigida a la sociedad local. Buscan sumar gente al espacio.
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Santiago Tagua/ElEditor MendozaEl Partido de los Jubiladosde Mendoza difundió una triste y realista carta abierta, la cual está dirigida "a toda la sociedad local". Aseguran que la situación es límite y piden sumar gente al espacio para recuperar "lo que nos quitaron: dignidad, tranquilidad y esperanza".
"Estamos atravesando uno de los momentos más duros que recordamos. Nos duele el alma ver cómo nuestros abuelos eligen entre comer o comprar medicamentos, cómo nuestros hijos se van porque aquí ya no hay oportunidades, cómo el miedo se mete en nuestras casas cuando cae el sol, porque la inseguridad avanza y nadie nos cuida", expresa el comienzo del comunicado.
"¿Dónde está el Estado cuando una abuela no puede pagar la luz? ¿Dónde está cuando una madre teme que su hijo no vuelva del trabajo? ¿Dónde está cuando un jubilado debe elegir entre comer o curarse?", se preguntan.
Y continúan: "Desde el Partido de los Jubilados de Mendoza, no hablamos desde un escritorio ni desde un cargo. Hablamos desde la calle, desde la cocina donde falta el pan, desde la cola del hospital, desde la silla vacía del hijo que se fue a otro país. Somos vos, tu familia, tu historia. Somos los que ya dimos todo, y seguimos dando".
"Hoy levantamos la voz por los que ya no pueden más. Y te decimos con el corazón: no estás solo. No queremos más indiferencia. No queremos que el miedo y la pobreza se vuelvan parte de nuestra identidad. Queremos recuperar lo que nos quitaron: dignidad, tranquilidad, esperanza", agrega el breve escrito difundido a los medios de Mendoza.
"Pero esto no lo podemos hacer solos", aceptaron. Y pidieron "que te sumes, que formes parte de este movimiento que lucha por todos, no por unos pocos. Que levantes con nosotros esta bandera que dice basta de injusticias. Que juntos volvamos a hacer de Mendoza una tierra donde vivir valga la pena".
"Estamos convencidos de que otra Mendoza es posible, una donde nuestros abuelos vivan con respeto, nuestros hijos puedan soñar y nuestras familias dejen de tener miedo. Con el alma en la mano y el dolor como motor, les pedimos que nos acompañen. No venimos a prometer, venimos a cambiar la historia. Y lo vamos a hacer con ustedes", cierra.