Voluntarios aseguran que el Estado no responde. Un relevamiento oficial asegura que son 1044 las personas en situación de calle en Mendoza.
Voluntarios de organizaciones sociales aseguran que el Estado no se encarga de brindar un acompañamiento real a personas en situación de calle.
Santiago Tagua/ElEditor Mendoza En la comisión de Derechos y Garantías de la Cámara de Diputados de Mendoza, organizaciones sociales que trabajan con personas en situación de calle expusieron la crudeza de una realidad creciente: más gente sin techo, sin alimentos y sin protección. Denunciaron operativos policiales donde se les quitan pertenencias a los más vulnerables y reclamaron soluciones estructurales urgentes.
También expusieron que los trabajadores del estado provincial y municipal no están capacitados para abordar este tipo de situaciones.
Carmela Correas es voluntaria de la organización Bancando los Platos. El grupo ha visto un crecimiento alarmante en la demanda: “Arrancamos en la Plaza Almirante Brown con unas 30 personas. Hoy sólo en el centro de Mendoza asistimos a 170. Y cada semana se suma gente nueva. Nos dicen que hace días no comen, que no tienen frazadas para pasar el frío”.
Pero el problema no es sólo el frío. Carmela denunció directamente a la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza y a la Policía: “Cuando estábamos en la plaza, vino gente del municipio y móviles policiales. Se llevaron los cartones, las frazadas y hasta los documentos. ¿Entienden lo grave que es? Si no tienen DNI, no pueden entrar a un refugio ni acceder a un comedor”.
Relató un hecho concreto: “Una jubilada discapacitada estaba tirada en el piso mientras la Municipalidad le sacaba todo. Intentamos defenderla y la policía respondió con violencia. Vinieron más móviles y tuvimos que mudarnos a otro lugar”.
Esta situación también fue expuesta por ElEditor Mendoza en febrero de este año. Mientras personas en situación de calle hacían una asamblea, la policía aprovechó para tirarles sus frazadas y pertenencias personales. Todo esto quedó documentado por nuestro equipo de noticias.
En cuanto a la composición del grupo asistido, explicó: “Sí, la mayoría son varones, quizás 120 de cada 150 personas, pero hay muchas mujeres también. Y vemos jubilados, gente que no está en la calle pero no llega a fin de mes. Te dicen ‘me echaron del laburo, no tengo qué comer’. ¿A qué punto hay que llegar?”
Carmela explicó la gravedad del deterioro social: “Somos una olla independiente. No dependemos del Estado, de ningún partido político ni de la Iglesia. Somos amigos autoconvocados. Todos los domingos repartimos comida, abrigo e higiene a personas en situación de calle”.
Correas advirtió que la situación se agrava en invierno: “Este fin de semana se viene una nevada. La gente duerme en la calle. Necesitamos donaciones, mantas, abrigo. Nos pueden escribir por Instagram, estamos como @bancandolosplatos”.
Sergio Fadón, de la Fundación Puente Vincular, reforzó las denuncias con crudeza: “Sí, la violencia es cotidiana. No es sólo verbal. Los sacan, les gritan, les quitan sus pertenencias. Se pierden recuerdos, fotos, poemas y hasta los documentos, todo va a la basura”.
Fadón indicó que la situación no es nueva: “Pasa en Ciudad, Guaymallén, Godoy Cruz, Dorrego. No es un hecho aislado. Depende de la ordenanza del momento, pero se repite en todos los barrios”.
Uno de los puntos centrales que explicó fue por qué muchas personas no acceden a los refugios: “Primero, porque hay sólo cuatro. Están colapsados. No hay contención. No los tratan bien. No pueden entrar con mascotas. Muchos eligen quedarse en la calle porque al menos están con su perro, su único compañero”.
Recordó el caso de un hombre que falleció: “Juan murió de frío, eligió quedarse con su perro. Nadie más lo acompañaba. No me parece descabellado. ¿Qué te ofrece un refugio donde te maltratan?”.
También se refirió a la falta de personal formado: “Hace 15 años que pedimos lo mismo pero hay cero empatía. No hay asistencia médica, psicológica ni psiquiátrica. Y el problema no es sólo un techo, sino salud mental, consumo problemático, traumas, abandono”.
El número de personas asistidas por su organización es impactante: “Atendemos a unas 250 personas por semana. Pero en eventos como Navidad en las Calles llegamos a 600. La mayoría son jóvenes, y no tienen un lugar donde ir”.
Sobre la empleabilidad, fue tajante: “¿Cómo vas a conseguir un trabajo si no tenés dónde bañarte, si no tenés dirección, si no tenés DNI? Muchos tienen antecedentes penales, problemas de consumo o salud mental. Es un combo que los deja fuera del sistema”.
También alertó sobre quienes egresan del sistema penal: “Los que salen de la cárcel y no tienen adónde ir, terminan en la calle. No hay una red que los contenga. El sistema te suelta y listo”.
Sobre los anuncios de nuevos albergues en la Ciudad de Mendoza, dijo: “Sólo nos hablaron de la posibilidad de uno nuevo, pero no sabemos nada. Ni dónde ni cómo ni cuándo”.
La Fundación Puente Vincular emitió un duro comunicado que se puede leer aquí.
Fernando Piazza, voluntario de la Pastoral de Calle, hizo un llamado a la acción estructural: “Primero, agradezco que nos hayan convocado. Es importante que se ponga en agenda esta realidad. Pero no alcanza con eso. Lo que pedimos es una solución estructural, no parches invernales”.
Contó que su equipo trabaja cada noche en el “Patio Callejero” y que la situación se desborda: “En 2023 veíamos entre 60 y 80 personas. Hoy hay más de 100 cada noche. El número no deja de crecer”.
Reclamó un plan claro: “Lo que falta es una hoja de ruta. Recursos hay. Falta coordinación entre municipios y un abordaje real. Porque esto no se resuelve con albergues solos”.
Sobre el funcionamiento de los refugios, dijo: “Entran a la noche, les dan de cenar y a la mañana los sacan. ¿Eso es contención? No. Se necesita un centro de día. Silvia Donati, de Guaymallén, lo propuso. Sería clave”.
Piazza también mencionó que muchos rechazan ir a los albergues por experiencias traumáticas: “Hay abusos, hay violencia. Muchos rompieron vínculos y no confían en nadie. Nosotros usamos la comida como excusa para que hablen, para que nos digan: ‘quiero dejar de consumir’, ‘necesito un zapato’, ‘necesito un currículum’”.
Y cerró con una reflexión profunda: “Cada persona en situación de calle es un mundo. No se trata de esconder la pobreza detrás del turismo. Se trata de abordarla con humanidad. La gente no quiere caridad, quiere trabajo y dignidad”.
Los tres testimonios coinciden en que el Estado está ausente o actúa de forma errática y violenta. “Esperamos que esta vez sí nos escuchen. Porque muchas veces nos dicen que sí, pero todo queda en la nada”, dijo Fadón.
Y alertó: “No esperemos que haya más muertes. Esto no es sólo en invierno. También se muere de calor, se muere de abandono”.
Todas las organizaciones de voluntarios están llevando adelante campañas para juntar ropa de abrigo, frazadas y alimentos para las viandas. Te compartimos algunas: