El argentino tiene 37 años y vive en Brasil. Fue secuestrado junto a un amigo de ese país el viernes por la noche y estuvo cautivo cerca de 12 horas.
Un ciudadano argentino de 37 años aseguró haber sido víctima junto a un amigo (39) de un secuestro y de torturas en Bahía, Brasil. Para salir de la aberrante situación con vida contó que tuvo que pagar cerca de 100 mil reales por su liberación. La Justicia de ese país investiga lo ocurrido.
Según la denuncia de la víctima, fueron raptados el viernes por la noche por al menos nueve hombres en la costa norte de Bahía. Las identidades de las víctimas no han sido reveladas, pero sí trascendió que el argentino es un empresario que vive en San Salvador de Bahía, al igual que su amigo, de nacionalidad brasileña.
La jefa de la Policía Civil, Helosía Brito, aseguró que "los secuestradores mantuvieron a las dos víctimas cautivas durante casi 12 horas. Incluso, llegaron a cavar un lugar y les aseguraron que los iban a matar". Fuentes revelaron que el amigo del argentino recibió un disparo, "el cual afortunadamente no fue fatal".
En cuanto al estado de salud, el hombre argentino ya recibió el alta médica mientras que su amigo continúa internado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Esta última persona "todavía no ha tenido contacto con los investigadores" debido a su delicado estado de salud.
Las víctimas fueron rescatados con vida por la policía militar en un sector ubicado entre Praia do Forte e Itacimirim. Policías escucharon los gritos de los hombres secuestrados, quienes tuvieron que transferir a distintas cuentas indicadas por el grupo delictivo cerca de 100.000 reales (16.522 dólares).
Según Heloísa, la sospecha es que el grupo delictivo ya estaba monitoreando o esperando a las víctimas en el bar donde fueron secuestradas. Ante esto, los investigadores ya han solicitado pericias del vehículo en el que viajaban las víctimas, entre otras medidas, como detectar las personas reales que están detrás de las cuentas de Pix a las cuales transfirieron el dinero.
El delito es investigado por la Unidad Especializada Antisecuestro (DAS) de la Justicia de Brasil.