Argentina firmó en Roma un acuerdo estratégico con la empresa italiana ENI para avanzar en un ambicioso plan de exportación de gas natural licuado (GNL). Aunque se habla de ingresos por más de 100 mil millones de dólares en 20 años, el proyecto aún está lejos de concretarse: no hay inversión definitiva ni garantías claras.
Acuerdo entre YPF y ENI: promesas y cifras millonarias
El presidente Javier Milei y su par italiana, Giorgia Meloni, encabezaron este jueves en Roma la firma de un memorando de entendimiento entre YPF y la energética estatal ENI. El acuerdo se presenta como una alianza estratégica para desarrollar el proyecto “Argentina LNG”, que busca posicionar al país como un jugador clave en el mercado global del gas licuado.
Sin embargo, el anuncio está lejos de traducirse en inversiones inmediatas. Las cifras —exportaciones por US$100 mil millones durante dos décadas— suenan grandilocuentes, pero no hay aún una Decisión Final de Inversión (FID), que recién se prevé para diciembre de este año.
El plan contempla operar con barcos flotantes de licuefacción (Floating LNG) y producir hasta 12 millones de toneladas anuales, a partir de 2029. Para entonces, según el Gobierno, Argentina podría estar generando US$15.000 millones anuales en ventas externas de gas. Pero, por ahora, todo depende de un cronograma tentativo y de que los socios extranjeros cumplan con las inversiones prometidas.
Una promesa de exportación, pero sin debate interno ni análisis de impacto
Tampoco se conocen en detalle las condiciones del contrato ni los compromisos concretos asumidos por cada parte. ¿Qué porcentaje quedará en manos del Estado? ¿Cuáles son las garantías ambientales? ¿Qué rol jugarán otras empresas privadas? Nada de eso se comunicó oficialmente.
Además de ENI, el plan incluye a firmas como Shell, PAE y Pampa Energía, pero el Gobierno argentino no informó sobre sus niveles de participación ni eventuales beneficios fiscales.