La noche en la residencia presidencial de Olivos prometía ser un punto de inflexión en la relación entre Mauricio Macri y Javier Milei. Sin embargo, lo que se anticipaba como una cena de acuerdos terminó siendo una velada de desencuentros y desplantes. El expresidente se fue con las manos vacías, mientras que Milei hizo valer las mieles de la victoria del domingo 26.
Macri llegó a Olivos con expectativas de recomposición. La cita había sido pactada en un contexto de incertidumbre electoral, cuando el gobierno temía una derrota o un empate con el peronismo y enfrentaba una corrida cambiaria. Pero los diez puntos de ventaja que obtuvo La Libertad Avanza en las elecciones cambiaron el escenario. El entorno de Milei concluyó que ya no era necesario cederle parte del gabinete al líder del PRO.
Un Milei exultante y sin concesiones
Durante la cena, Macri se encontró con un Milei exultante, fortalecido por el respaldo popular y el guiño de Donald Trump. “Hice todo bien”, le dijo el presidente, y agregó que por eso “los argentinos y Trump lo premiaron” con su renovado apoyo. La frase marcó el tono de la conversación: Milei no estaba dispuesto a negociar desde la debilidad.
El encuentro se vio interrumpido por las renuncias de Guillermo Francos y Lisandro Catalán, lo que absorbió la atención del presidente. Macri se sintió “ninguneado” y, al salir, expresó su malestar con una frase seca: “No hay nada que contar”, según relató uno de sus colaboradores.
Sin cargos ni gestos
Durante la cena, Macri intentó moderar el entusiasmo de Milei y le advirtió: “No desperdicies esta oportunidad de la Argentina, no sabemos si va a haber otra, con Estados Unidos apoyando, no tiremos los penales afuera”.
El impacto en el Congreso
La designación de Manuel Adorni como jefe de Gabinete en reemplazo de Francos también generó ruido en el PRO. “Poner a Adorni en lugar de Francos es como si nosotros hubiéramos puesto a Fer de Andreis en lugar de Marquitos Peña”, ironizó un dirigente macrista citado por LPO, evidenciando la percepción de que el gobierno no busca mejorar la calidad de la gestión.
Ante la falta de acuerdos, Macri lanzó una advertencia desde el Congreso: “Tenemos 20 diputados, nos van a necesitar”. La Libertad Avanza contará con poco más de 80 bancas propias a partir de diciembre, pero se requieren 129 para el quórum y la mayoría simple. La amenaza no es menor, considerando los reveses que Milei ya sufrió en ambas cámaras.
Fracturas internas en el PRO
La interna del PRO también se agita. Patricia Bullrich rompió el bloque para asegurar la reelección de Martín Menem, lo que fue interpretado como una maniobra avalada por Milei para debilitar a Macri. “Macri ya venía pidiendo que rajaran a los bullrichistas y se había calentado cuando Sabrina Ajmechet borró de su biografía de X que era diputada PRO”, reveló un legislador.
Ajmechet se despidió del grupo de WhatsApp con un mensaje cargado de reproches: “Me hubiera gustado que el PRO bancara en parte mi candidatura… mi lugar en la lista me lo dio exclusivamente LLA”. Damián Arabia, otro bullrichista, también dejó claro su malestar: “Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de la conducción del partido, del que fui expulsado”.
La cena en Olivos no solo dejó a Macri sin cargos, sino que evidenció una fractura política que podría tener consecuencias legislativas. Milei, fortalecido por las urnas, parece decidido a marcar su propio camino, aunque eso implique tensar aún más la relación con el fundador del PRO.