Pablo Carrasco, especialista en ciberseguridad con doble nacionalidad argentina e italiana, fue detenido en Venezuela por el régimen de Nicolás Maduro durante un control del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), acusado sin pruebas de integrar una supuesta red extranjera para sabotear las elecciones del próximo 25 de mayo.
Aunque fue liberado tras gestiones diplomáticas, su caso refleja el uso sistemático de detenciones arbitrarias como herramienta de represión política en Venezuela.
Cómo fue detenido
Carrasco estaba en Caracas por motivos laborales, relacionado con una capacitación de la empresa estadounidense 99 Hat, pero fue señalado por el ministro Diosdado Cabello como parte de una conspiración violenta junto a un español y un búlgaro. Aunque los tres recuperaron la libertad, la detención generó alarma internacional.
“Operación Tun Tun”
La detención de Carrasco se enmarca en la “Operación Tun Tun”, una maniobra del chavismo que incluye allanamientos y arrestos bajo la excusa de prevenir actos violentos antes de las elecciones legislativas. Según el gobierno de Maduro, ya hay más de 60 extranjeros detenidos, incluyendo otros dos argentinos: el gendarme Nahuel Gallo, desaparecido desde diciembre, y Yaacob Hararty, ciudadano argentino-israelí.
Sin relaciones diplomáticas entre Argentina y Venezuela desde 2024, la asistencia consular ha quedado a cargo de Brasil y Colombia. La falta de canales oficiales complica las gestiones por los detenidos, lo que agrava la incertidumbre sobre su situación judicial y física.
Una crisis política que excede las fronteras
La situación en Venezuela continúa deteriorándose a medida que se acercan los comicios. Mientras el oficialismo militariza el país con más de 400.000 efectivos y acusa sin pruebas a opositores como María Corina Machado de liderar complots, organismos internacionales observan con preocupación las detenciones arbitrarias, la censura y la represión.
Pablo Carrasco ya fue liberado, pero la preocupación por el resto de los argentinos detenidos sigue creciendo, y las organizaciones de derechos humanos exigen respuestas.
Las elecciones del 25 de mayo se desarrollarán en un clima de desconfianza, persecución y tensión regional.