El hombre detenido por la muerte de de Renzo Adrián Molina fue imputado por una fiscal por "homicidio simple con exceso de la legítima defensa de un tercero".
Jorge Fernando Castignani Gómez fue imputado por exceso de legítima defensa por el crimen de Renzo Adrián Molina
Imputaron anoche por el delito de "homicidio simple con exceso en la legítima defensa de un tercero" al hombre detenido por la muerte de Renzo Adrián Molina (33), ocurrida el sábado en el barrio Santa Ana de Guaymallén, informaron fuentes judiciales.
La fiscal Andrea Lazo de la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional labró el acta de imputación formal y el hombre identificado como Jorge Fernando Castignani Gómez -si no tiene antecedentes penales- bajo la correspondiente fianza, quedaría en libertad durante las próximas horas, detalló en un comunicado el Ministerio Público Fiscal.
El trágico hecho ocurrió la madrugada del sábado 4 de enero en Copiapó y Chile. Según testigos, Molina se habría abalanzado sobre un auto de manera violenta, lo que derivó en que un vecino lo golpeara con un palo de hockey.
Según la reconstrucción de los hechos, Molina comenzó a golpear las rejas de la vivienda de dicho domicilio, momento en el cual también venía arribando al domicilio, a bordo de su vehículo, la esposa del imputado, junto a su hija menor de edad.
En ese momento –consta en el documento- Molina se abalanzó violentamente sobre el vehículo de la mujer golpeando las ventanas del rodado para intentar introducirse al mismo, lo que provocó que la señora y su hija menor de edad comenzaran a pedir auxilio, alertando de ese modo a su marido.
En ese instante, el mismo salió del interior de su casa para socorrer a su esposa e hija, comenzado un forcejeo con el Molina a quien agredió con un palo, lesionándolo en el cuerpo y en la cabeza.
Momentos después Molina falleció en el hospital como producto de las lesiones ocasionadas.
Fuentes del Ministerio de Seguridad informaron que tenía antecedentes penales por robo agravado, mientras que su familia sostiene que no era un delincuente y que padeció un ataque de ansiedad previo al hecho.
La comunidad y la familia de Molina exigen justicia mientras se aclaran las circunstancias de este confuso episodio que mantiene al barrio en vilo.