Durante los primeros meses de 2025, el índice general de empleo registrado en Mendoza se mantuvo estable —incluso con leves aumentos según cifras oficiales registradas por el Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA). Para un lector apurado de las estadísticas, los números parecen confirmar que la provincia resiste el clima macroeconómico adverso de destrucción de empleo bajo el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, detrás del dato global, la imagen es otra: crece el pluriempleo, el monotributo, y sectores clave como la construcción, el comercio y los servicios muestran caídas sostenidas que no alteran significativamente el índice global.
“Las series deberían dar parecido, pero hay diferencias metodológicas respecto de cómo se recoge el dato. Por eso no siempre es posible combinar los datos o las series”, advierte Agustín Giolo, referente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en Mendoza, y que compila los datos de SIPA en sus informes mes a mes.
“La EPH (NdR: Encuesta Permanente de Hogares), por ejemplo, pregunta si trabajaste algunas horas la última semana, y con eso ya se registra a la persona como ocupada. Pero eso no dice nada sobre tus condiciones laborales, completa.
Caída sectorial no visible: una recuperación desigual
Entre enero y mayo de 2025 (último dato disponible del SIPA), Mendoza registra pérdidas en sectores estructurales de empleabilidad:
- Construcción: caída superior al 13%.
- Comercio minorista y cultura: contracción moderada pero constante.
- Servicios sociales, comunitarios y financieros: retroceso intermensual desde marzo.
Estos retrocesos no se reflejan claramente en el índice general por múltiples motivos.
“Tomemos el caso de una persona que trabajaba en una pyme. La despiden, y se pone a hacer changas o se inscribe como monotributista. Quizás sigue figurando como empleada. Pero pasó de un puesto con derechos laborales a otro sin aguinaldo, vacaciones pagas, ni indemnización”, describe Giolo. “Eso hace mucho más difícil hacer un seguimiento del mercado de trabajo real".
Los datos del SIPA disponibles -que toman el índice base agosto '01 = 100 significa que el nivel de empleo registrado en cada uno de los sectores (Industria, Construcción, Comercio y Servicios) se mide tomando como referencia el valor que tenían en agosto de 2001, al cual se le asigna un valor de 100- hasta mayo de este año muestran un panorama complejo en Mendoza:
Aunque Mendoza figura en los datos del SIPA como una de las pocas provincias con creación de empleo privado registrado, el fenómeno merece una lectura más crítica. No solo no está claro qué lo explica, sino que podría estar sostenido por la expansión del pluriempleo: trabajadores que, ante la erosión salarial, suman changas informales para sostener sus ingresos sin que ello se traduzca en mejora de condiciones laborales.
“En el fenómeno del pluriempleo —dice Giolo—, hay trabajadores privados registrados que se ponen a hacer changas. Y ahí entra en juego la heterogeneidad de la clase trabajadora: hay empleados públicos, del sector informal, monotributistas, trabajadoras de casas particulares. La precariedad laboral atraviesa cada segmento.”
Este tipo de “empleo” no mejora la calidad de vida ni amplía derechos, pero inflama las estadísticas. La fragmentación del trabajo disuelve las certezas que el índice pretende brindar.
Esta semana Mendoza ofreció una postal elocuente en ese sentido: cientos de trabajadores de la salud se manifestaron en el Hospital Central por sus condiciones precarias de contratación y porque hace años le facturan al Estado por sus servicios. El Gobierno de Mendoza despidió a uno de esos trabajadores tras una protesta. César Castillo remarcó, precisamente, que en el sector de la salud "se ha naturalizado el pluriempleo".
Dos de cada diez buscan otro empleo
Uno de los últimos informes del INDEC muestra una foto dual del mercado de trabajo en Mendoza: hay baja desocupación, pero alta precarización. Casi 1 de cada 5 trabajadores mendocinos tiene empleo, pero busca otro. Y crecen las legiones de monotributistas como salida ante la informalidad.
Los datos parecen alentadores para los distraídos: en el primer trimestre de 2025, la tasa de desocupación en el Gran Mendoza se ubicó en el 6,9%, por debajo de la media nacional del 7,9%. También la tasa de actividad (personas que trabajan o buscan trabajo) y la tasa de empleo son superiores a las nacionales, con 49,0% y 45,7% respectivamente, frente al 48,2% y 44,4% del promedio del país.
Sin embargo, una lectura más fina del informe del INDEC revela un panorama menos optimista: el 18,3% de los ocupados en Mendoza están buscando otro trabajo, lo que posiciona a la provincia entre los niveles más altos del país en términos de “ocupados demandantes”. Esta categoría incluye a quienes, aun teniendo empleo, no están conformes con sus condiciones laborales y salen activamente a buscar alternativas.
Radiografía nacional: el derrumbe estructural del empleo
El informe del CEPA confirma que el empleo registrado privado atraviesa una fase crítica a nivel nacional. Desde la asunción de Javier Milei, se destruyeron más de 104.600 puestos de trabajo formal en el sector privado. La caída fue más pronunciada en sectores productivos:
- Construcción: perdió 59.110 puestos, explicando el 56,5% del total.
- Industria manufacturera: segundo sector más golpeado, con una pérdida de 32.455 puestos y una retracción del 2,7%.
- Transporte, minería y servicios sociales: también con retrocesos relevantes.
Este derrumbe responde al abandono del modelo productivo y a la paralización de la obra pública. El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), aprobado en el Congreso, apunta a dinamizar sectores de baja participación en el empleo —como la minería o los hidrocarburos—, mientras pone en riesgo a la industria, responsable del 18,5% de los puestos registrados del país.
Mendoza, caso testigo del colapso industrial
En Mendoza, la situación industrial roza lo dramático. Bajo el gobierno nacional de Milei y el segundo mandato provincial de Alfredo Cornejo, según datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE):
- Se perdieron 13.064 empleos industriales registrados.
- Eso implica una destrucción del 36% de los puestos del sector en un solo año.
- La industria mendocina perdió cinco puntos de participación en el total de empleos privados, cayendo al 11,8%.
- La estructura industrial es hoy 17% más pequeña que durante el confinamiento absoluto de la pandemia.
- Además, tres de cada diez empleados industriales trabajan en negro, un incremento significativo en la informalidad.
Este retroceso marca la peor contracción del sector desde que existen registros comparables. A continuación los datos de la DEIE sobre la caída de la industria (nótese el retroceso en 2024):
Más precarización, menos derechos: el avance del monotributo
Un dato significativo a nivel nacional que remarca el CEPA: el monotributo creció más de un 60% desde 2012. A abril de 2025, más de 2,1 millones de personas trabajan bajo esta figura. En el último mes, se sumaron 5.602 nuevos monotributistas, pero eso no compensa la pérdida de asalariados privados.
Indica CEPA que la reforma laboral habilitada por la Ley Bases permite contratar hasta tres personas como “colaboradores monotributistas”, lo que institucionaliza la evasión de aportes y la negación de derechos como licencias pagas, aguinaldo o cobertura ante despidos. En paralelo, se eliminaron más de 425.000 monotributistas sociales por aumento de cuotas y reempadronamiento forzado.
