Chequeo de datos.

La pobreza en Mendoza es más alta que la nacional: la letra chica detrás de la baja que celebró el Gobierno

Hay 350 mil personas que no cubren la canasta básica y 50 mil que permanecen en la indigencia. Mendoza tiene más pobres que Córdoba, Rosario y Paraná.

El Editor Mendoza | Gabriela Valdés
Por Gabriela Valdés
26 de septiembre de 2025 - 08:06

Los últimos datos oficiales de pobreza e indigencia del INDEC correspondientes al primer semestre de 2025 pintan un panorama de contrastes para el Gran Mendoza. El principal aglomerado urbano de la provincia registró una mejora estadística de magnitudes poco frecuentes, aunque Mendoza sigue estando sobre la medición nacional. Aunque los ingresos familiares crecieron en mayor proporción que las canastas básicas —un 23,3% frente al 12,6% en Cuyo—, el documento advierte que la pobreza sigue afectando a más de 356.000 personas en el Gran Mendoza, y la indigencia a casi 50.000.

El indicador más contundente de la evolución es la variación interanual. En el primer semestre de 2024, el 52.9% de los habitantes del Gran Mendoza eran considerados pobres. Doce meses después, esa cifra se desplomó hasta el 33.5%. Esto representa una caída de 19.4 puntos porcentuales, una de las reducciones más pronunciadas entre los 31 aglomerados urbanos medidos por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).

Una mejora en los ingresos, linkeada con el pluriempleo

Un fenómeno similar, e incluso más marcado en términos proporcionales, se observó en la indigencia o pobreza extrema. La tasa pasó de 13.8% a 4.7% en el mismo período, lo que implica que 9 de cada 100 mendocinos que no lograban cubrir sus necesidades alimentarias básicas salieron de esa situación crítica.

El motor detrás de esta mejora, tal como lo explica el informe del INDEC, fue la dinámica de ingresos y costos. En la región Cuyo, el ingreso total familiar promedio registró un aumento del 23.3% interanual, crecimiento que superó holgadamente la suba del valor de la Canasta Básica Total (CBT) –que define la línea de pobreza–, la cual fue del 12.6% en el mismo período. Este incremento del poder adquisitivo permitió que un segmento importante de la población cruzara por arriba la línea de pobreza.

Estos datos pueden leerse linkeados al fenómeno de la ocupación demandante de empleopersonas que tienen trabajo pero buscan otro— creció de manera sostenida desde el gobierno de Rodolfo Suarez, y se consolidó en los últimos cuatro trimestres, alcanzando el 20% de los ocupados en el segundo trimestre de 2025. En paralelo, la subocupación, es decir personas que podrían trabajar más horas, también se incrementó, afectando al 14,3% de los ocupados, con más del 11% buscando activamente ampliar su jornada.

Mendoza versus otros aglomerados

Celebrar la baja interanual de la pobreza sin considerar el punto de partida y la comparación con otras regiones ofrecería una imagen incompleta. A pesar de la drástica reducción, la tasa de pobreza del Gran Mendoza (33.5%) se mantiene por encima del promedio del total de aglomerados urbanos, que se sitúa en 31.6%. Esta diferencia de casi dos puntos porcentuales indica que, si bien la tendencia es positiva, la situación relativa de Mendoza respecto al país aún es desfavorable.

Gran Mendoza es uno de los conglomerados con mayor pobreza, sólo superada por Gran Resistencia (48.1%), Concordia (49.2%), Gran San Juan (36.0%) y Gran La Plata (35,2).

Al hacer una comparación específica con otros grandes aglomerados del centro del país, con los que suele compartir similitudes en términos de desarrollo económico y estructura productiva vemos que:

  • Gran Córdoba: 29.5% de pobreza (4.0 puntos menos que Mendoza).

  • Gran Rosario: 28.1% de pobreza (5.4 puntos menos que Mendoza).

  • Gran Paraná: 29.9% de pobreza (3.6 puntos menos que Mendoza).

  • Gran Santa Fe: 35.8% de pobreza (2.3 puntos más que Mendoza).

tabla aglomerados

Esta comparación revela que, a excepción de Gran Santa Fe, Mendoza se encuentra en una posición de desventaja respecto de otros aglomerados de similar tamaño y estructura socioeconómicas. La brecha de entre 3.6 y 5.4 puntos porcentuales con Córdoba, Rosario y Paraná sugiere la existencia de factores estructurales –quizás relacionados con la matriz productiva, el empleo o la inversión social– que persisten más allá de las fluctuaciones económicas coyunturales. Incluso al compararse con la región Pampeana en su conjunto (30.5% de pobreza), Mendoza muestra un desempeño menos favorable.

Lo que revela el dato de la indigencia

Un dato que complejiza el análisis y constituye una particularidad del caso mendocino es el comportamiento de la indigencia. Aquí, la provincia presenta un indicador notablemente más favorable. Su tasa del 4.7% no solo está por debajo del promedio nacional (6.9%), sino que es igual a la del Gran Córdoba (4.7%) y mejor que la del Gran Rosario (6.2%). Esta situación es aún más evidente al contrastarla con el 8.8% de indigencia que se registra en los partidos del Gran Buenos Aires.

Esta "paradoja" sugiere que una porción significativa de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, pero no ha caído en la indigencia. Esto podría estar relacionado con una estructura de empleo que, si bien genera ingresos bajos e insuficientes para superar la línea de pobreza, ofrece cierta estabilidad que actúa como un colchón frente a la crisis alimentaria. Los programas de transferencia de ingresos también pueden estar jugando un rol clave en amortiguar la situación de las familias más vulnerables.

Más de 350 mil personas no cubren la canasta básica

Más allá de los porcentajes, la dimensión de la problemática se comprende en números absolutos. El 33.5% de pobreza en el Gran Mendoza equivale a 356,620 personas que no logran acceder a una canasta básica de bienes y servicios. Dentro de ese grupo, las 49,590 personas en situación de indigencia (4.7%) representan el núcleo duro de la vulnerabilidad, ya que sus ingresos no alcanzan para cubrir la canasta de alimentos.

Si bien la tendencia es alentadora, la magnitud de estas cifras subraya que el problema está lejos de ser resuelto. La recuperación económica, que se tradujo en una mejora estadística indiscutible, debe sostenerse en el tiempo y profundizarse para lograr que estos cientos de miles de mendocinos no solo experimenten una mejoría temporal, sino que consoliden su salida de la pobreza de manera definitiva.

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