La trama de una vieja pelea entre dos familias de Uspallata encendió el conflicto social por la megaminería que Alfredo Cornejo había logrado mantener silenciado desde que asumió su tercer mandato.
Edgardo Vera, presidente de la Cámara de Proveedores Mineros de Uspallata, admitió que quien intentó incendiar su autoservicio el viernes pasado -detenido e imputado por el fiscal Carlos Torres- es un vecino con quien mantiene una vieja rencilla desde que, por sus denuncias, fue encarcelado su hijo.
Nada tuvo que ver el episodio incendiario con la protesta de vecinos y asambleístas. Sin embargo, como asumió Vera, "aprovecharon el tumulto, que les vino como anillo al dedo".
Lo cierto es que lo ocurrido le dio una visibilidad impensada al rechazo que existe en la villa cordillerana al Proyecto San Jorge. Una viralización que hasta ahora había evitado el Gobierno, que avanza con un plan para imponer la minería metalífera a gran escala.
La verdadera trama detrás del incendio
Miguel Pablo González, alias “El Monstruo”, y Edgardo Vera venían enfrentándose desde que el hijo del primero, alias "el monstruito", fue detenido hace más de un año tras reiteradas denuncias de Vera por agresiones en su local. "Lo que pasó el viernes les vino como anillo al dedo", resumió Vera ante la consulta de ElEditor Mendoza.
El relato de Vera coincide con el de los vecinos de Uspallata que se manifestaron pacíficamente en contra de la apertura de la oficina de la Cámara de Proveedores Mineros: la pelea de las familias era previa, y la quema parcial del negocio de Vera tuvo que ver con eso, no con la protesta contra San Jorge que ocurría en paralelo en la misma calle.
"Son unos inadaptados que me quisieron incendiar. La hija de el Monstruo pasaba todos los días por el negocio y me insultaba. Aprovecharon el tumulto, pero ellos tenían todo arreglado de antemano", reveló el comerciante, quien dijo que tiene una custodia policial en su casa y no puede salir a trabajar.
Los vecinos consultados por ElEditor Mendoza aseguraron que la familia de "El Monstruo" nada tienen que ver con las asambleas. "Viven cerca de la Aduana, jamás han participado de las asambleas, ellos tienen un problema personal con Vera". Ese mismo viernes, El Monstruo y Vera habían discutido en el supermercado, contaron.
Por su lado, Vera no se guardó críticas hacia los uspallatinos que se oponen a la minería: "Han hecho 500 marchas y nunca se les ha dicho nada. Nosotros queríamos inaugurar la oficina y no pudimos. Pero vamos a darle para adelante, nosotros queremos el desarrollo para este pueblo".
"Nosotros fuimos con nuestras banderas, en paz, no íbamos a protestar, pero nos agredieron los de la UOCRA y muchos vecinos se enfervorizaron y ahí todo el pueblo saltó", contó Flavio González, uno de los asambleístas herido en medio de las protestas.
En Uspallata circula entre los vecinos una publicación de la hija de El Monstruo donde da detalles del enfrentamiento con Vera:
El oficialismo atacó a los asambleístas
El episodio de los dos hombres que atacaron el local de Edgardo Vera fue amplificado por funcionarios, entre ellos la propia vicegobernadora, Hebe Casado, que acusó a los asambleístas por el fuego, acusándolos de ser "terroristas" y "antimineros violentos".
Hubo versiones que señalaban a uno de los comerciantes, Mauricio Cornejo, como prófugo de la justicia. Este diario habló con Cornejo en la puerta de la Fiscalía de Uspallata, adonde acudió a denunciar los daños que hicieron en su negocio de regionales.
"Tiraron piedrazos y se nos quisieron meter como diez personas de la UOCRA. Lo pudimos evitar cola intervención de la Guardia Urbana y tuve que salir con un extinguidor de fuego para defender a un compañero que si no salíamos lo matan. Por eso venimos a hablar con el fiscal", detalló.