Puesta a rodar la maquinaria electoral en Mendoza, asomó en los últimos días Vientos de Cambio, un partido vecinalista de Las Heras que promete renovar la política local desde las bases comunitarias. El acto, realizado frente al Campo Histórico de Las Heras, reunió a decenas de vecinos, familias y referentes barriales que se acercaron para conocer esta nueva propuesta que busca romper con la lógica tradicional de gestión.
Conformado por emprendedores y vecinos autoconvocados, Vientos de Cambio nace como respuesta al creciente malestar frente a lo que consideran una administración municipal ausente y desgastada. En su discurso inaugural, los referentes del espacio no escatimaron críticas hacia la gestión del intendente radical Francisco Lo Presti, señalando problemas estructurales como calles destruidas, falta de iluminación, inseguridad y abandono del arbolado urbano.
“Queremos transformar desde lo comunitario, recuperar la voz ciudadana y demostrar que los vecinos emprendedores organizados podemos generar una alternativa distinta para Las Heras”, expresó Gustavo Merlo, principal referente del espacio y candidato a concejal.
Durante el evento, se presentó la lista de candidatos que competirán en las próximas elecciones municipales. Además de Merlo, la nómina incluye a Bárbara Rodríguez, Jonathan Ocampo, Sofía Lucero, Mauricio Padial y Betty Ortíz como titulares, junto a Lucas Parfeniuk, Mariana Giuberti y Martín Yanzón como suplentes.
La propuesta de Vientos de Cambio se centra en construir una política transparente, participativa y cercana, con foco en las necesidades reales de los barrios. Lejos de los discursos partidarios tradicionales, el nuevo espacio se presenta como una herramienta vecinal para transformar la realidad local y dar respuestas concretas a los problemas que afectan a la comunidad lasherina.
Con esta irrupción, el mapa político de Las Heras suma un nuevo actor que, desde la periferia del poder, busca instalar una agenda ciudadana y disputar espacios de representación. El desafío será convertir el entusiasmo barrial en votos, y demostrar que el cambio puede venir, literalmente, desde la vereda de enfrente.