¿Qué tipo de celular es adecuado para un niño o adolescente? ¿A qué edad deberían usar redes sociales? ¿ Cómo acompañar su bienestar digital? El Gobierno de Mendoza publicó una guía con criterios claros para familias que buscan incorporar tecnología en el hogar de forma saludable y segura.
El informe sugiere que el primer paso para decidir qué tipo de dispositivo darles es hacerse una pregunta fundamental: ¿Para qué va a usar el celular? Según la respuesta, se recomienda optar por un “dumphone” sin acceso a internet, un dispositivo con sólo conexión Wi-Fi, o bien un smartphone con control parental y acompañamiento activo.
Celulares y edades: qué tener en cuenta en cada etapa
La guía detalla recomendaciones específicas por grupo etario. Entre los 0 y 2 años, se desaconseja completamente el uso de pantallas sin supervisión, ya que este período es clave para el desarrollo del sistema nervioso y la construcción del vínculo con el entorno.
Para niñas y niños de 3 a 9 años, se recomienda limitar el uso de pantallas a no más de 1 a 2 horas diarias, evitando su utilización durante las comidas o antes de dormir. Además, se sugiere priorizar juegos corporales y actividades compartidas, y nunca usar el celular como forma de “resolver” berrinches.
En el segundo ciclo de primaria (de 10 a 12 años), si el dispositivo tiene acceso a internet, el enfoque debe ser educativo y preventivo: dialogar sobre riesgos, configurar perfiles de menores, usar control parental y establecer reglas claras de uso. También se recomienda limitar el uso de datos móviles y fomentar el acceso sólo por Wi-Fi en espacios seguros como el hogar o la escuela.
Adolescencia y redes sociales: diálogo, confianza y acompañamiento
Durante la secundaria (13 a 18 años), las redes sociales y la vida digital ocupan un lugar central en el desarrollo adolescente. Por eso, el acompañamiento debe centrarse en el diálogo abierto, el fomento del pensamiento crítico y la educación sobre privacidad, respeto y límites en el entorno digital.
Se alienta a los adultos a predicar con el ejemplo, mostrando cómo gestionan su propia privacidad y uso responsable del celular. Además, se recomienda promover actividades que no requieran dispositivos y estar atentos a señales de alerta emocional o cambios de comportamiento vinculados al uso excesivo.