A dos años de su desaparición, familiares de Sebastián Codina Bandes realizaron una convocatoria pacífica con la premisa de pedir respuestas concretas a la Justicia de Mendoza, que investiga una causa que dio un giro importante hace dos meses, pero que todavía no logra esclarecer qué ocurrió.
El caso comenzó como una averiguación de paradero, pero rápidamente pasó a investigarse como un homicidio. Es que muy pronto surgieron elementos de sospecha para considerar que había personas que podían haber atentado contra la vida de Sebastián. Los sospechosos siempre fueron los mismos: Alejandro Rosales, compañero de habitación de Sebastián, y su padre Daniel Rosales.
La pesquisa estuvo desde un primer momento a cargo del fiscal Gustavo Pirrello y contó con novedades muy importantes en noviembre del 2024, cuando testigos decidieron hablar y comprometieron considerablemente a estas dos personas. Los testimonios se convirtieron en prueba suficiente para que la fiscalía ordenase la detención de ambos sospechosos. Pese a ser marcados desde un primer momento, faltaban pruebas para detenerlos.
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Codina Bandes, desaparecido hace dos años.
Bruno Cannizzo/ElEditor Mendoza
Tras ese aporte invaluable a la investigación, Daniel Rosales quedó detenido por homicidio simple en calidad de coautor inmediatamente. Pero pasó tras las rejas apenas un puñado de días puesto que por falta de pruebas contundentes en su contra, según informaron fuentes judiciales cercanas a la pesquisa, la fiscalía le dio la libertad previo a la audiencia de prisión preventiva. Técnicamente, Daniel Rosales continúa imputado pero atraviesa el proceso de investigación en libertad. Distinta es la situación de su hijo y compañero de habitación de Sebastián, Alejandro Rosales, quien se encuentra prófugo. Rosales hijo y el desaparecido Codina Bandes tenían, según el aporte de testigos, diferencias importantes.
A dos años de la desaparición del joven Codina Bandes, la familia lejos está de estar conforme con las respuestas obtenidas a lo largo de la investigación, la cual cuenta con un imputado en libertad y un prófugo. ¿Qué ocurrió la madrugada del 17 de enero con Sebastián? Es todo un interrogante. Dónde está el cuerpo de Sebastián, por el cual su madre reclamó a gritos frente al lugar donde estuvo con vida, también.
La congregación fue en el descampado de la esquina del carril Godoy Cruz y la calle Agustín Álvarez. Desde allí, la familia caminó hacia la Feria de lo Nuevo y lo Usado, a unos escasos 300 metros, lugar donde se supo que estuvo por última vez. Con velas en la mano, el grupo de personas marchó hasta la puerta del lugar, escoltados por personal de la Policía de Mendoza. Su madre aseguró que el llevar velas cumplía con un simbolismo muy especial: "Quiero iluminar ese lugar porque sé que está muy oscuro", confió.
Inés Bandes, madre de Sebastián: "Lo que me mantiene en pie es la bronca"
La madre de Sebastián Codina Bandes, Inés Bandes, en diálogo con ElEditor explicó que "esta marcha tiene un simbolismo que es marchar pasivamente con velas y pararnos frente al lugar donde estuvo mi hijo con vida por última vez". La madre del joven que lleva dos años desaparecido enfatizó en querer darle "luz a ese lugar porque considero que ahí hay mucha oscuridad".
"Espero que la gente que algo sabe pueda enviarnos mensajes o llamar a 911. Hay una recompensa para quienes aporten datos certeros. Necesitamos ayuda para poder encontrar la verdad", agregó.
Sobre la situación de Alejandro Rosales, prófugo de la Justicia que lo busca para imputarlo por homicidio simple en calidad de coautor, contó que "esa persona está prófuga y es la persona con la cual mi hijo compartía la misma habitación". Es "una persona que al principio tuvimos mucho diálogo, pero que estaba dentro de las personas que posiblemente tenían algo que ver en esto".
Reclamos a la Justicia local
Inés Bandes reclamó celeridad a la Justicia local: "La investigación tiene más dudas que certezas. Dos años después puedo decir que la investigación ha ido extremadamente lenta. En este caso me doy cuenta que hay mucho que mejorar por parte de la Justicia de Mendoza".
"Que se cumplan dos años es algo que me remueve muchísimas cosas, me pone muy mal", reconoció Inés, pero reveló que "lo que me pone de pie es la bronca, la rabia. Me despierto con dolores en todo mi cuerpo y digo que nadie tenía derecho a hacerle algo a mi hijo". Visiblemente conmocionada, cerró: "Y yo voy a buscar a esa persona. Voy a buscar a ese culpable. Pero necesito que la Justicia me ayude. Mi hijo tiene que tener justicia. No lo voy a abandonar".