El Proyecto de Ley de Presupuesto Nacional 2026, presentado por Javier Milei por cadena nacional, asigna a la UNCuyo un presupuesto total de $171.893.165.743. A primera vista, la cifra representa una suba nominal respecto al presupuesto ejecutado en 2023. Sin embargo, al ajustar por inflación —proyectada oficialmente entre el 7% y el 12% anual— el incremento se convierte en un recorte real superior al 30%. La Marcha Federal que recorrió las calles de Mendoza hizo foco en la asfixia de Milei a la educación pública, que parece perpetuarse en la pauta de gastos para el año próximo.
Mientras el presupuesto general para universidades se anuncia como un aumento de 4,8 billones de pesos, los rectores universitarios nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional, donde está incluida la UNCuyo, han denunciado que este incremento es insuficiente y equivale a un "ajuste".
Los 4,8 billones de pesos anunciados por el presidente para las universidades el año próximo implica anualizar para el 2026 lo percibido a diciembre de 2025, y queda muy lejos de los 7,3 billones necesarios para que pueda funcionar normalmente el sistema, señalaron. Dicho de otro modo, prácticamente, para el 2026 es igual presupuesto que para el 2025, un año que vivimos en peligro. Se presenta, entonces, un proyecto que consolida la pérdida y profundiza el ajuste sobre el sistema universitario y científico, completó el CIN. Los 4,8 billones de pesos anunciados por el presidente para las universidades el año próximo implica anualizar para el 2026 lo percibido a diciembre de 2025, y queda muy lejos de los 7,3 billones necesarios para que pueda funcionar normalmente el sistema, señalaron. Dicho de otro modo, prácticamente, para el 2026 es igual presupuesto que para el 2025, un año que vivimos en peligro. Se presenta, entonces, un proyecto que consolida la pérdida y profundiza el ajuste sobre el sistema universitario y científico, completó el CIN.
Este ajuste, que se repite en múltiples áreas del gasto público, implica que aunque los números crezcan en términos absolutos, el poder adquisitivo de las partidas se reduce drásticamente. En el caso de la UNCuyo, esto afecta tanto el funcionamiento cotidiano como la capacidad de sostener programas estratégicos, obras y servicios esenciales.
Por otra parte, Milei remarcó que el equilibrio fiscal es “innegociable” y aseguró que el proyecto incluye una regla de estabilidad fiscal: si los ingresos caen o los gastos superan lo previsto, se deberán ajustar partidas para mantener las cuentas balanceadas. Milei insistió en que la propuesta está diseñada para lograr un superávit primario y cerrar el ejercicio en equilibrio o superávit fiscal.
Desglose por finalidades
El presupuesto asignado a la UNCuyo se distribuye en tres finalidades principales:
La concentración en “Educación y Cultura” representa más del 98% del total, lo que refleja la función principal de la universidad. Sin embargo, el monto destinado a Salud —que incluye servicios médicos universitarios, programas de prevención y atención estudiantil— resulta marginal frente a las necesidades reales. Lo mismo ocurre con Ciencia y Tecnología, donde la partida asignada representa apenas el 0,1% del presupuesto total, a pesar de que la UNCuyo sostiene proyectos de investigación aplicada, innovación productiva y transferencia tecnológica en toda la región.
Funcionamiento en riesgo: salarios, servicios y becas
El recorte real del presupuesto impacta directamente en el funcionamiento básico de la UNCuyo. Las partidas destinadas a gastos corrientes —como salarios docentes y no docentes, mantenimiento edilicio, comedores, transporte y servicios estudiantiles— no acompañan la evolución del índice de precios al consumidor (IPC). Esto implica un deterioro progresivo de la capacidad operativa de la universidad.
En términos técnicos, el presupuesto asignado no contempla mecanismos de actualización automática ni cláusulas de garantía frente a la inflación. De mantenerse esta tendencia, la UNCuyo enfrentará dificultades para sostener su planta docente, cubrir servicios básicos y garantizar el acceso equitativo a la educación superior.
Obras universitarias
A diferencia de años anteriores, el presupuesto 2026 no incluye partidas específicas para obras universitarias en Mendoza. Esto significa que no hay fondos asignados para ampliaciones edilicias, construcción de laboratorios, mejoras en sedes regionales ni mantenimiento de infraestructura crítica.
La UNCuyo, que cuenta con sedes en el Gran Mendoza, el Valle de Uco y el sur provincial, depende de estas inversiones para sostener carreras estratégicas como medicina, ingeniería, agronomía y ciencias básicas. La ausencia de financiamiento para obras compromete la continuidad de proyectos de extensión, investigación y formación profesional en áreas clave para el desarrollo territorial.
La partida de $181.940.590 destinada a “Ciencia, Tecnología e Innovación” resulta insuficiente para sostener los programas de investigación que la UNCuyo desarrolla en articulación con el sector productivo, organismos públicos y comunidades locales. Esta cifra representa una caída real respecto a años anteriores y limita la capacidad de la universidad para generar conocimiento, innovar y transferir tecnología.
Además, el presupuesto no contempla fondos para becas de investigación, subsidios a proyectos científicos ni fortalecimiento de laboratorios. Esto afecta directamente a estudiantes, docentes e investigadores que dependen de estos programas para desarrollar sus trabajos y aportar al desarrollo regional.
Funciones de la UNCuyo en riesgo
La UNCuyo cumple funciones sociales, culturales y territoriales clave en Mendoza. Articula formación profesional con extensión comunitaria, investigación aplicada y promoción de derechos. El recorte presupuestario compromete esta articulación, especialmente en zonas rurales y periurbanas donde la universidad sostiene programas de alfabetización, salud comunitaria y desarrollo productivo.
También se ve afectada la continuidad de espacios de memoria, derechos humanos y cultura que funcionan dentro de la UNCuyo. La eliminación de partidas específicas para estos programas implica un retroceso en políticas de reparación, diversidad y construcción de ciudadanía.