Lo que parecía un trámite rutinario para la reelección de Dalmiro Garay al frente de la Suprema Corte —quien ya lleva tres períodos consecutivos al frente del máximo tribunal provincial— se transformó en una disputa abierta con la inesperada irrupción de Mario Adaro como candidato opositor. La definición está prevista para este martes 25 de noviembre cuando los supremos se reúnan, desde las 18. Para que Adaro pueda desplazar a Garay debería obtener cinco de los siete votos.
Según la ley 9.423, para la elección se realizan tres rondas de votación.En la primera y segunda, se necesita una mayoría de dos tercios del total de ministros (es decir, 5 votos sobre 7) para que haya nuevo presidente. Si no hay acuerdo, se pasa a una tercera ronda, donde se elige por mayoría simple (4 votos sobre 7). En esta última opción, a Garay le bastaría con la voluntad de Palermo o de Gómez para imponerse ante Adaro.
El tablero de poder
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Dalmiro Garay: exministro de Gobierno de Alfredo Cornejo, encarna la línea cornejista dentro de la Corte. Su llegada al tribunal consolidó inicialmente una mayoría de cuatro jueces alineados con el radicalismo frente a tres peronistas.
Mario Adaro: referente del ala peronista, decidió lanzarse directamente a la pelea por la presidencia, dejando de lado la idea de un candidato alternativo.
José Valerio: pieza clave. Antiguo aliado de Cornejo, rompió con el bloque oficialista y se acercó a Adaro, debilitando la hegemonía radical.
La fractura interna
La ruptura de Valerio con Garay es el punto de inflexión. Lo que antes era un bloque sólido, hoy muestra grietas profundas. Valerio cuestiona la dependencia de Garay respecto de las órdenes políticas de Cornejo y encontró coincidencias con Adaro en esa crítica.
Este movimiento dejó a Garay sin la garantía de continuidad automática y lo obligó a desplegar negociaciones con jueces del ala peronista, como Julio Gómez y Omar Palermo, para asegurarse el voto que necesita.
La rosca en el Poder Judicial
Las versiones que circulan en los despachos del cuarto piso hablan de cesiones de cargos en fueros clave y de gestiones sobre expedientes sensibles como parte de las negociaciones. Las designaciones recientes de magistrados y la situación de un juez sometido a Jury alimentan las sospechas de acuerdos bajo la mesa.
La maniobra frustrada
En medio del suspenso, trascendió que Garay intentó adelantar la votación al jueves, justo cuando Valerio tenía programado un vuelo a San Martín de los Andes. La jugada buscaba dejarlo fuera de la definición. Sin embargo, la maniobra se frustró y el cónclave quedó fijado para el martes próximo.
Final abierto
La elección del presidente de la Corte se convirtió en un capítulo de alto voltaje político. Garay busca una inédita cuarta reelección, mientras Adaro, con el respaldo de Valerio, intenta desplazar al cornejismo de la cúspide judicial.
El resultado se definirá en una votación de siete ministros, pero la trama ya dejó en claro que la Corte mendocina no es ajena a las tensiones políticas que atraviesan la provincia.