En plena disputa del Gran Premio de Emilia Romaña, el equipo Alpine tomó una decisión estratégica que involucró directamente a sus dos pilotos: Pierre Gasly y el argentino Franco Colapinto. La maniobra se produjo en la vuelta 44, cuando el piloto pilarense marchaba en la 15ª posición.
Desde boxes, la escudería le solicitó a Colapinto que cediera su lugar a Gasly, quien contaba con neumáticos más frescos y tenía mayores posibilidades de avanzar hacia la zona de puntos.
El francés agradeció la orden por radio con un escueto pero claro “Gracias por eso”, mientras aceleraba en busca de mejorar su colocación en el clasificador. Tan solo dos vueltas después, en el giro 46, y coincidiendo con la entrada del safety car tras el abandono de Kimi Antonelli con su Mercedes, Colapinto aprovechó para ingresar a boxes.
Cambió sus neumáticos con la intención de afrontar el último tramo de la carrera con un compuesto más competitivo. La decisión de Alpine, basada en el rendimiento y las circunstancias de carrera, mostró una clara intención de maximizar las oportunidades del equipo.