El Gobierno presentó la iniciativa como una "inversión estratégica" amparada en la Ley 9460 de Transformación Digital. Según el desglose oficial, 85 millones de dólares se volcarían al sistema de salud, con foco en conectividad, infraestructura y capacitación, mientras que los 75 restantes estarían destinados a la digitalización del sistema educativo. Las primeras licitaciones están previstas para este año, con una implementación inicial desde 2026.
Sin embargo, el plan revela un patrón preocupante: el recurso sistemático al endeudamiento externo. No es un fenómeno nuevo. Durante su primera gestión, Cornejo tomó un préstamo por 590 millones de dólares. Los vencimientos e intereses de aquel préstamo hoy presionan sobre las finanzas provinciales.
Es decir que se cocina una nueva toma de deuda, esta vez impulsada con discursos abonados con la retórica de “la innovación como derecho”, mientras se perpetúa un modelo de gestión que se sustenta en el financiamiento internacional.
La provincia de Mendoza carga con USD 506 millones en deuda externa, equivalente al 79.3% de su pasivo total. Gran parte de la deuda en dólares la tomó Cornejo en su primera gobernación, pero el monto de la deuda consolidada no es producto de una sola gestión, sino de un rompecabezas financiero armado durante dos décadas. Mientras el tipo de cambio siga golpeando, los dólares prestados a los gobiernos desde Cobos a la enorme cantidad tomada por Cornejo seguirán siendo una hipoteca colectiva.
Según el último informe del Ministerio de Hacienda, mientras el peso se devalúa, los dólares prestados ganan músculo: solo en el primer trimestre de 2025, la deuda en moneda extranjera creció 2.1% (USD 13.2 millones) impulsada por la devaluación (+4.01%).
La deuda consolidada de Mendoza podría ser una muestra de que el endeudamiento pasó a ser una política de Estado en Mendoza: la tomaron todos los signos políticos y aún cuando implicaba un gran ajuste en salarios, obra pública y otros, como en el caso de la deuda y posterior roll over de Cornejo, fue avalada por la oposición.
Más deuda: las razones que esgrime el oficialismo
Del total solicitado por Cornejo, 85 millones de dólares del crédito se destinarán al sistema de salud mediante el plan “Transformación Digital del Sistema de Salud de Mendoza: Impulso y Extensión para Lograr Impacto”. Entre los objetivos clave figuran la implementación de la historia clínica electrónica, el desarrollo de sistemas de turnos y prescripción digital, la modernización de redes hospitalarias, y el fortalecimiento de la telesalud para zonas alejadas.
El proyecto también contempla una inversión de 75 millones de dólares para acelerar la digitalización del sistema educativo. La meta es alcanzar a todas las escuelas primarias, secundarias y superiores de Mendoza en dos años. Las áreas de inversión incluyen conectividad, infraestructura, aulas digitales móviles, software educativo y capacitación docente remunerada.
El peso de la deuda contraída en 2016
La deuda contraída en 2016 tiene un peso determinante en la administración actual de las finanzas provinciales. Para sostener el discurso del superávit fiscal, tanto Cornejo como su antecesor, Rodolfo Suarez, ajustaron de manera severa partidas para obra pública y salarios.
Datos oficiales del Ministerio de Hacienda muestran una caída sostenida en los salarios estatales: en 2015 representaban el 62,3% de los ingresos totales de la provincia; para 2023, la relación bajó al 37,4% y en 2024 se ubicó en apenas 36,5%. Lo mismo ocurre con la obra pública, cuyo financiamiento también se ha visto reducido.
Un informe de la ejecución presupuestaria elaborado por el consultor Dante Moreno indica que en 2015 los salarios abonados a los empleados de la administración provincial fueron equivalentes al 62,3% en relación a los ingresos totales de la provincia, en 2023 esa relación fue del 37,4% y en el tercer trimestre de 2024 fue del 36,5%. La caída que muestran estos números es notoria.
El bono 2029
En su primera gobernación, Cornejo emitió el bono PMY24 por USD 590 millones. Ya con Suárez como gobernador, en 2020, lo transforma en PMM2029, reduciendo el monto a USD 319 millones, en lo que parecía un aparente alivio de la deuda.
Pero se llega al 2025 y ese bono sigue siendo 63% de la deuda en dólares, y su valor en pesos creció $27,604 millones en 3 meses por la devaluación.
La deuda a corto plazo, o flotante, cayó 66.5% (-$148,053 millones) entre diciembre 2024 y marzo 2025. Sin embargo, resalta el el informe fue por "cancelación de obligaciones anuales". La deuda consolidada (a largo plazo) siguió subiendo (+6.2%).